Foto tomada del Telediario de TVE

“Ojo, la cancha está en Saint-Denis, no en París. Sí, está muy cerca, pero créanme que no querrían estar en Saint-Denis. Saint-Denis no es París”.

Esto no lo dijo un peligroso racista de extrema derecha, sino Thierry Henry, el delantero galo que alertó de lo que suponía celebrar en el barrio parisino la final de la Champions. Y vaya si tenía razón.

Aficionados ingleses y españoles pagaron la desintegración de Francia, siendo víctimas de violentas hordas de “franceses” de origen árabe y africano, que les robaron y apalizaron ante la pasividad policial, que eso sí, usó gas pimienta contra los hinchas de los ‘reds’, mientras a los violentos: alfombra roja.

El Gobierno británico ya ha pedido explicaciones al francés, como debe ser; y España debería llamar a consultas al embajador y defender a los españoles de la nefasta política francesa y la corrompida UEFA de ‘Ceferino’. Lástima que esta petición sea como predicar en el desierto.