atropello masivo en las fiestas de Alcorcón

El Juzgado de lo Penal nº 4 de Móstoles ha condenado a ocho años, un mes y veintidós días de cárcel a José Antonio Q. R. por el atropello masivo en las fiestas de Alcorcón de 2013 que causó la muerte a un joven de 30 años e hirió a otras doce personas.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Al Cabo de la Calle, considera probado que José Antonio, alrededor de las 5.15 horas del 7 de septiembre de 2013, se saltó el stop de la confluencia de las calles Olímpico Fernández Ochoa con Institutos  y que «de haber respetado esa señal, perfectamente visible dada las buenas condiciones de iluminación de la calle», podrían haberse evitado el atropello de los jóvenes que se encontraban haciendo botellón por las fiestas patronales.

«MANIFIESTO DESPRECIO A LA VIDA»

El fallo también da como probado que el conductor iba a «velocidad inadecuada», «había fumado hachís», al ver que se aproximaba la gente a recriminarle su acción, se subió de nuevo al vehículo y emprendió la marcha aún a sabiendas de que debajo de las ruedas se encontraban las víctimas del atropello, en lo que el magistrado califica como «manifiesto desprecio a la vida».

En los fundamentos de derecho, «lo primero que llama la atención al juzgador es la calificación del homicidio que todas las partes tildan de imprudente cuando lo cierto es que tras las pruebas practicadas parece más bien doloso», y pone la atención en que el fallecido fue arrastrado durante seis metros y una de las heridas, 30 metros.

También resalta que, antes del accidente, «el tráfico en la zona era fluido, circulaban pocos vehículos, lo hacían de forma lenta y el tráfico de personas era abundante», estando incluso cortado uno de los carriles por el estacionamiento de coches. Por este motivo, considera probada la conducción temeraria al no respetarse las normas básicas de la misma. «En el presente caso es evidente que todas esas normas básicas del tráfico rodado se incumplieron», dice el fallo, lo que puso en peligro la integridad física de los allí presentes.

Por todo ello, el magistrado lo condena a 8 años de prisión, a lo que se suma la responsabilidad civil de indemnizar a los heridos del atropello con unos 280.000 euros y a los padres de la víctima mortal con de 90.000 euros. La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Madrid.