EDITORIAL| El desastre exige unidad: la política no puede dejar atrás a los afectados de la DANA
Mientras la Comunidad Valenciana sigue llorando las enormes pérdidas humanas y los incalculables daños materiales provocados por la peor DANA del siglo, se ha puesto de manifiesto una trágica realidad: las fisuras políticas han dejado sin una respuesta efectiva a los verdaderos (tristemente) protagonistas de esta historia.
El balance es desolador. Más de 200 personas han perdido la vida, aunque la cifra no se actualiza por el momento, así que es probable que aumente a medida que se encuentran los cientos de personas que aún están desaparecidas. Además, numerosos municipios permanecen más de una semana después cubiertos de barro y escombros, y muchas entradas a túneles y calles permanecen bloqueadas por coches que fueron arrastrados por el agua. Y lo más importante de todo: miles de familias lo han perdido todo.
Las necesidades de los afectados se apilan, mientras que la esperada solidaridad y cooperación de los líderes ha brillado por su ausencia. En lugar de unir esfuerzos, estamos presenciando reproches continuos entre administraciones y acusaciones de responsabilidad que nada aportan a los afectados de una de las mayores tragedias naturales en la historia de nuestro país.
Reproches innecesarios
El despliegue de medios y personal ha sido lento. Muy lento. El Gobierno ha señalado que era cuestión del gobierno autonómico pedir ayuda «si la necesitaba», en palabras de Pedro Sánchez; mientras, el ejecutivo de Carlos Mazón señala directamente al gobierno central de no querer ayudar. Otras voces críticas contra el gobierno de Sánchez afirman que no quiso hacerlo por ser una comunidad gobernada por el Partido Popular.
Lo que está claro es que esta pelea de egos es una falta de humanidad hacia las víctimas. No es difícil imaginar qué es lo que están pensando los vecinos de Torrent, Paiporta y demás localidades afectadas sobre esta niñatada, más propia de un patio de recreos que de un escenario político nacional.
Más de una semana después de la tragedia han sido los propios vecinos de las localidades afectadas y próximas, vecinos de Valencia capital y voluntarios llegados de todas partes de España los que han sacado adelante el trabajo y se han llenado de barro hasta los hombros para solucionar este desastre. Sin discurso. Sin nada a cambio. Solo por humanidad. De ahí que la proclama «solo el pueblo salva al pueblo» haya cogido tanta fuerza estos días. No es para menos.
El momento donde han sacado a Pedro Sanchez al ir a Paiporta pic.twitter.com/1YXv2Agxvh
— Anuj (@Anujbost) November 3, 2024
Así que, como era de esperar, el recibimiento a Carlos Mazón y Pedro Sánchez no ha sido precisamente caluroso. El episodio vivido en Paiporta, donde vecinos, hartos de la incompetencia de unos y de otros, comenzaron a lanzar objetos contra el coche que trasladaba al presidente, reflejó la frustración y el hartazgo de una ciudadanía que ha visto cómo los políticos han priorizado el conflicto partidista sobre la unidad en la tragedia.
El verdadero liderazgo se prueba en las crisis. Un ejemplo claro ha sido el de Su Majestad El Rey, quien se presentó en Paiporta y pese a la lluvia de barro, piedras y gritos que lanzaron algunas personas supo mantenerse firme y transmitir confianza y apoyo. Es lo que hace un líder.
Es innegable que existen muchas preguntas que deberán ser respondidas llegado el momento: ¿se podría haber evitado todo esto? ¿hay culpables? Sea como sea, no es el momento. Lo fundamental ahora es ayudar a la gente sin miramientos, con hechos y no con palabras. Ninguno de nuestros representantes políticos ha sabido estar a la altura.
El ruido partidista no hace más que desviar la atención. Nuestra clase política ha tenido una oportunidad de oro de mostrar que su primera lealtad es a los vecinos, no con a sus siglas o estrategias.
A nuestros dirigentes se les ha pedido que demuestren que están a la altura. Han fallado. A nosotros, los ciudadanos se nos pide que no olvidemos cuando llegue la hora de recordar. No lo haremos.