
Lo bueno además de bueno es bello: la amabilidad sí importa
La gente amable resulta, está demostrado científicamente, más atractiva. Lo bueno no solo es bueno, resulta además bello. No se trata de ir solamente al gimnasio a entrenar el cuerpo, también lo que llevamos dentro cuenta, importa y se refleja. No es una frivolidad, es un dato y viene a favor, porque cultivar la amabilidad debería ser una asignatura obligatoria u obligatoriamente transversal desde la infancia.
No es real que ser amable te haga perder rigor o autoridad, si es que necesitas recurrir a ello, o profesionalidad o liderazgo. Al revés, y si no, piensa en ti: ¿escuchas mejor lo que se te transmite con amabilidad o por el contrario te molestas más que enterarte cuando el mismo mensaje te llega con todo menos con amabilidad?
Como tan preocupados andamos (nada nuevo) con nuestro aspecto externo, acaso con el argumento de que quien es amable (ojo, que no se trata de ser un cursi empalagoso) resulta más bello logremos la buena práctica de la virtud de ser amables.