
Nuestros hijos no van a leer solo porque les digamos que lo hagan
La importancia de conocer las consecuencias de lo que hacemos y la responsabilidad sobre ello no puede ser una asignatura pendiente. Algunos hemos crecido afortunadamente con personas que se ocuparon de enseñárnoslo y no con palabras sino con hechos, que es al final lo que de verdad enseña.
Cuando nuestros hijos se sientan a leer un libro a nuestro lado es porque nos han visto hacerlo de manera habitual, no porque les hayamos dicho que lean. Porque decirles que lean mientras miramos la pantalla del móvil, ¿qué efecto puede tener?
Y así sucede con todo. Sería acaso más correcto hablar de inspiración, porque ese es el efecto que desencadenan nuestros actos. Quien nos sigue es porque algo de lo que hacemos le gusta; y es ahí donde podemos mostrar que hacerse cargo de nuestros actos es tan importante.
Porque no todo vale y no vale todo con un ‘perdón’ posterior fugaz y mínimo.