Pablo Muñoz posa con la camiseta de la selección y las cuatro medallas de oro (foto: Antonio Rodríguez)

Hay historias como la de Pablo Muñoz que merecen ser contadas. Este policía local de Getafe, de 42 años, lleva cerca de 30 practicando atletismo, su gran pasión desde que viera a Fermín Cacho correr y ganar en los Juegos de Barcelona 92. Ha sido la suya una carrera de fondo en la que llegó incluso a rondar cierta notoriedad en categoría absoluta, si bien ha sido en su etapa máster en la que los éxitos han empezado a proliferar hasta alcanzar esta temporada cotas inimaginables. No en vano, Pablo ha conquistado dos históricos ‘dobletes’ al ganar sendas medallas de oro en 800 y 1.500 metros (M40) tanto en el Campeonato de España celebrado en San Sebastián como en el Europeo de Torun (Polonia), hace escasas fechas.
Pocos días después de regresar a Getafe, Pablo visitaba la redacción de Al Cabo de la Calle bien pertrechado con la camiseta de la selección nacional y las cuatro preseas de oro ganadas a pulso, antesala de uno de sus grandes retos: subir a lo más alto del podio en el Campeonato del Mundo de Göteborg (Suecia) en agosto.

¿Cuáles son sus orígenes en el mundo del atletismo?
Pues empecé en el colegio. Lo típico que te hacen las pruebas físicas. Destaqué en una carrera de mil metros y me preguntaron si quería hacer atletismo. Sería en torno a los 14 años. Nunca antes había hecho atletismo y me ofrecieron la oportunidad en el Colegio Tajamar, en Vallecas. Esos fueron mis orígenes, y poco a poco comencé a destacar y participé en Campeonatos de Madrid y luego Campeonatos de España, incluso alguno absoluto.
Recuerdo que en los Juegos Olímpicos del 92, cuando yo todavía no hacía atletismo, vi correr a Fermín Cacho y se convirtió en una especie de referente, alguien que me inspiró para empezar a correr unos años después. Más tarde, en torno al año 2000 más o menos, fiché por la Real Sociedad y ahí sigo desde entonces, no a nivel profesional pero sí compitiendo en las ligas de clubes.

¿En algún momento llegó a tener ocasión de dedicarse al atletismo profesionalmente?
Creo que no he llegado a tener nivel suficiente. Hubo un punto de inflexión, en categoría sub-23, cuando estaba becado por la Federación y tenía bastante proyección e incluso posibilidades de ser internacional, pero me lesioné. Tuve una fractura de escafoides y hasta

Con la bandera de España en el Campeonato de Europa

que me la diagnosticaron pasó mucho tiempo, y luego no consolidaba. A partir de ahí se me pasó un poco el arroz porque volví siendo senior, pero mi nivel había empeorado.

¿En qué etapa diría que se encuentra actualmente?
Bueno, ahora veo el atletismo de una manera llamémosle pseudoprofesional. Le dedico mucho tiempo y esfuerzo porque para poder compaginarlo todo hay que hacer una especie de ‘croquis’, ya que también está la familia, pero al final encajan las piezas y me considero muy afortunado porque tengo un trabajo que me permite entrenar.

¿Con qué se quedaría puesto a hacer balance de su trayectoria?
Cada etapa tiene un momento. Cuando era joven no me preocupaba en exceso el rendimiento. Lo veía como una forma de viajar con el equipo y conocer sitios. La primera medalla que conseguí en categorías menores fue un hito para mí. Y luego, a nivel absoluto, lo mejor que recuerdo es cuando pasé a la final de un Campeonato de España absoluto. En 800 metros era muy difícil clasificarse y conseguí incluso pelear por las medallas, aunque tuve la mala suerte de acabar quinto a tan solo dos o tres décimas del tercero.

¿Se nota mucho el cambio al pasar a categoría máster?
La realidad es que en categoría máster no es nada fácil conseguir estos resultados, pero también es cierto que los que han sido mejores que yo en categorías inferiores no han tenido luego esa continuidad y lo han dejado. Yo he competido con Antonio Reina, Eugenio Barrios, Olmedo o Juan de Dios Jurado, por citar a algunos. La categoría máster sigue siendo deporte de alto rendimiento porque las marcas que se logran son notables, pero es otra forma de competir.

«Estoy viviendo la temporada soñada; ha sido como cumplir un sueño porque se han conseguido los objetivos planteados y además este año tenía una motivación especial»

¿Cómo calificaría la presente temporada teniendo en cuenta semejante colección de medallas?
Lo que sí es verdad es que estoy viviendo la temporada soñada. Cuando planificas la temporada te reúnes con el entrenador y le dices que quieres esto, esto y esto, y en mi caso era quedar campeón de España y luego quedar campeón de Europa. Y lo hemos conseguido. Ha sido como cumplir un sueño porque se han conseguido los objetivos planteados y además este año tenía una motivación especial porque el anterior estuve lesionado.

¿Qué es lo más importante para rendir a este nivel?
Lo que más valoro en mi caso es no lesionarme, porque la línea entre ser competitivo y estar lesionado es muy fina. Tengo la suerte de tener como entrenadores a Juan del Campo y Luismi Berlanas, que muchas veces se basan en las sensaciones, lo que se denomina sensación subjetiva de esfuerzo. Te preguntan cómo estas, y si estás bien haces el entrenamiento normal, pero si estás un poco cansado lo adaptan. Me siento muy arropado por ellos y mientras el cuerpo aguante seguiremos ahí, porque ilusión tengo por competir y seguir mejorando marcas.

Teniendo en cuenta su profesión de policía es de suponer que le habrá tocado echarse alguna carrera que otra para atrapar a algún maleante…
Ahora no es lo habitual porque estoy en la sección de policía judicial y no estás todo el rato patrullando, pero sí ha habido alguna que otra vez que me ha tocado salir corriendo detrás

Con las dos medallas conseguidas en el Campeonato de España

de algún malo y no se suelen escapar. Recuerdo una anécdota, cuando tuve que cruzar la A-42 corriendo. En el momento en que dudaba si cruzar o no, perdí de vista al malo, pero sabía más o menos por donde había ido y logré atraparlo. A veces los compañeros se meten conmigo por lo de las persecuciones y carreras, pero lo hacen desde el cariño y no me lo tomo a mal.

¿Cual sería su principal desafío de cara al futuro?
Alguna vez me han preguntado si me atreveré con un maratón, pero sinceramente no lo tengo en mente porque me parece un reto demasiado duro. A ver, es verdad que en el Campeonato del Mundo de 2018 quedé segundo. Y en 2022, en Finlandia, volví a ser subcampeón. Así que me gustaría ser campeón del mundo porque he estado dos veces a punto de conseguirlo y el próximo es en agosto en Göteborg (Suecia). Me parece un reto muy grande, pero sé que no me podré permitir un solo fallo.

«La verdad es que me ha cambiado un poco la vida; en la comisaría, por ejemplo, los compañeros están eufóricos, casi más contentos que yo»

¿Le ha cambiado mucho la vida con tanto éxito deportivo en los últimos tiempos?
Pues la verdad es que sí, y en primer lugar me gustaría dar las gracias a mis entrenadores, que me hacen el día a día fácil y tenemos un grupo de entrenamiento muy heterogéneo pero en el que nos compenetramos muy bien. Y también a mis padres, a mi mujer y a mi hija, que son un apoyo enorme en las competiciones. A raíz del campeonato de España todo el mundo me felicita, y yo tengo la sensación de seguir siendo la misma persona, pero es cierto que me ha cambiado un poco la vida. En la comisaría, por ejemplo, están los compañeros eufóricos, casi más contentos que yo y al final son cosas que valoras mucho.