Los jefes de prensa de PSOE, Unidas Podemos, PNV, Junts, EH Bildu, BNG, CUP, Más País-Equo, Compromís, Nueva Canarias y PDeCAT han cruzado el Rubicón de la dictadura. Sin ningún honor o dignidad, han emitido un comunicado pidiendo a la secretaria del Congreso de los Diputados, que «adopte medidas contra los periodistas que generan un clima de tensión».

Ya es habitual que los portavoces de ERC, Gabriel Rufían, o el condenado Pablo Echenique, de Unidas Podemos, eviten contestar a preguntas que afectan directamente a sus formaciones, pese a cobrar miles de euros de los impuestos de todos los españoles. Y quizá lo más sangrante es que el PSOE, otrora partido constitucionalista pero que ya encadena dos sentencias del Tribunal Constitucional en contra, por dos estados de alarma ilegales, se haya unido a este ataque sin precedentes a la libertad de prensa.

En dicho comunicado, los jefes de comunicación de los partidos firmantes acusan a algunos periodistas de «intolerables faltas de respeto» hacia ciertos parlamentarios, como los anteriormente citados. Y llaman a tomar «medidas» para «restablecer el buen funcionamiento de las ruedas de Prensa en el Congreso».

Se trata de un documento inédito en la historia de la democracia española. Por primera vez, partidos políticos, sufragados con dinero público, quieren instaurar la censura en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.