El 9 de febrero de 1851 se ponía en servicio el primer ferrocarril madrileño, que unía a la capital con Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos, Seseña y Aranjuez, tan sólo tres años después de la apertura al tráfico de la primera línea en suelo peninsular, entre Barcelona y Mataró.

El tramo hasta Aranjuez sería el primer eslabón de una línea que en 1858 alcanzaría el puerto mediterráneo de Alicante, siendo así la primera radial finalizada en España.

Hoy, el tren por Pinto y Getafe está integrado en la línea C-3 de Cercanías y algunos días, entre retrasos y averías, parece que el tiempo no ha pasado por una de las líneas con más incidencias.