La vida de Silvia Marsó está a punto de cambiar. Mejor dicho, la de su personaje, la señora C. Ella es la protagonista de 24 horas en la vida de una mujer, la adaptación teatral y musical de la novela de Stefan Zweig, que se representa este sábado, 30 de septiembre, a las 20.00 horas en el García Lorca.

La actriz barcelonesa es, además, productora de un proyecto que invita al espectador a un viaje emocionante por Europa y vivir la transformación de los personajes. Sentimientos y forma de ser que, en un solo día, van a dar un giro de 180 grados. ¿Será eso posible? Marsó nos lo devela.

¿Cómo son y cómo pasan 24 horas en la vida de una mujer?
Es el único momento en la vida de la señora C, una aristócrata inglesa, que se permitió vivir en libertad. Entonces es una reflexión sobre la libertad del ser humano y los condicionantes externos que nos atan en muchos momentos. Por ejemplo la moral, el qué dirán, el estatus social o la familia. Elementos que en ocasiones oprimen al ser humano.

Das vida sobre el escenario a la señora C. ¿Cómo es ella?
El personaje es muy complejo, porque es una mujer que no ha vivido. Para ella todo es nuevo. Ha vivido siempre a la sombra de su marido y no ha podido tomar una decisión en su vida. Entonces la señora C queda viuda y viaja por Europa para recuperarse de esa depresión. Se encuentra en el casino de Montecarlo con un ludópata que se está jugando la fortuna de su familia. Él quiere suicidarse y ella lo salva. A partir de entonces viven 24 horas de absoluta libertad y por primera vez en su vida son libres. Es la primera vez que ella es dueña de su destino y de cada minuto de esas 24 horas.

¿Hablamos entonces de una mujer fuerte?
La señora C no sabe que es fuerte. Lo descubre después de esas 24 horas donde sabrá quién es de verdad. Es una obra que no deja indiferente.

silvia marsoEn la obra, los protagonistas están expuestos a situaciones límite. Siguiendo el texto de Stefan Zweig, su mundo cambiará por completo ¿De qué manera preparas un trabajo tan emocional y cuánto de Silvia Marsó tiene el personaje?
Bueno yo no tengo mucho que ver con la señora C. Soy una mujer independiente y llevo muchos años decidiendo sobre mi destino. Pero hay que ponerse en el lugar de tantas y tantas mujeres a lo largo de la historia que han vivido sometidas a los roles de mujer objeto y que han estado presentes a lo largo de estos siglos. Los personajes atraviesan por situaciones límites porque son las situaciones donde uno conecta consigo mismo. Ante el peligro y ante lo inesperado es cuando uno se siente realmente libre y decide. Así sale una obra con mucha acción. Siempre pasan cosas y estas son muy emocionantes.

La obra de Stefan Zweig ya es compleja emocionalmente y en esta ocasión se adapta en forma de musical. ¿Qué tal la experiencia?
Es una maravilla la música compuesta por Sergei Dreznin. Ha hecho una composición muy poliestilística. Mezcla música de principios de siglo, con jazz, con composiciones de Debussy y de otros grandes compositores. Es una mezcla expresionista de diferentes estilos musicales y eso es maravilloso

A Silvia Marsó: ¿qué le seduce de un musical?
Desde el 2001 no hacía un musical, que fue Te quiero eres perfecto, ya te cambiaré, premio Max al mejor musical. Siempre fui dando clases de canto y ahora me hacía mucha ilusión poder cantar y además con una música tan maravillosa como la de Dreznin. En esta función también bailamos y ya tenía ganas.

¿Hasta qué punto funciona la química entre texto, música y reparto?
Todo eso en este caso está hecho de una manera sublime por parte del director, Ignacio García. Todas las escenas que ocurren en distintas localizaciones, como la Riviera Francesa, el Casino de Montecarlo, una habitación de hotel de mala muerte o de lujo, están metidas en la obra de una manera armónica y sutil. El público pasa de un escenario a otro sin darse cuenta, porque la música envuelve a los personajes durante toda la función. El texto está tan bien adaptado por Christine Khandjian y Stéphane Ly-Coun que es una maravilla ver como fluye todo en el escenario.

Haciendo un símil con la obra: ¿cómo suelen ser 24 horas en la vida de Silvia Marsó?
(Ríe) Yo ahora mismo como estoy enfrascada en este espectáculo, porque soy la productora, estoy trabajando todo el día. Prácticamente desde que me levanto hasta que me acuesto estoy trabajando. He estado 24 meses sacando adelante esta obra como productora y como interprete.

24 Horas en la vida de una Mujer

Productora y actriz de una obra de Stefan Zweig. ¿Es mayor la responsabilidad en una adaptación de este tipo?
En este caso la responsabilidad es muy grande porque estamos haciendo por primera vez en España una novela de Stefan Zweig adaptada al castellano. Los admiradores de este gran novelista van a sentir una gran curiosidad por el trabajo que hemos hecho. Por eso también nos han invitado a participar esta temporada 2017/2018 en la programación del Teatro de la Abadía, uno de los centros más punteros de nuestro país a nivel cultural. Y eso la verdad que me ha hecho muy feliz.

Anteriormente tuve la oportunidad de hablar contigo por el Zoo de cristal. Entonces, cuando hicimos aquella entrevista, se especulaba con la bajada del IVA al teatro y cine. Lo primero ya es una realidad y lo segundo está cerca.
Sí, estoy contenta. Pero espero que también lo antes posible se baje el IVA al cine. Porque la Cultura es muy importante para definir la identidad de un país como el nuestro, que además tenemos una Cultura tan variada y tan distinta a la que hay en el resto de Europa.

Una vez ganadas, pues, las reivindicaciones para la bajada del IVA: ¿hacía dónde van las demandas ahora dentro del sector y, más concretamente, con esa faceta nueva de productora?
Son muchas cosas. Por ejemplo ampliaría más el Programa Platea que sacó el Ministerio de Cultura. Está muy bien pero lo ampliaría mucho más. Lo importante es que el teatro se pueda ver en todos los puntos de España. Para mí eso es importante y ‘Platea’ lo está permitiendo, pero se queda un poquito corto.