Tontxu, en concierto este 2 de marzo en Madrid

Tontxu vuelve, quizá nunca se fue. En la mente del ‘gran público’: ‘Somos de colores’ o ‘Una partida de Risk’, pero hay más. Siempre ha habido y habrá más. Así el artista bilbaíno acaba de publicar un nuevo disco, en el que revisa sus canciones de siempre con un toque cubano y al que ha llamado Invental. Porque, como cuenta a Al Cabo de la Calle, “Invental es lo que hacen los cubanos cuando tienen que reparar algo y no encuentran las piezas originales”.

Un trabajo que nace de sus viajes a Cuba. “Perdí la cuenta, como a Andalucía”, reconoce. Y allí, en un ejercicio de memoria, recuerda que “hace 15 años conocí a un músico en La Habana, Edgar Olivero, del que me enamoré musicalmente en cuanto puso sus manos sobre las teclas de un viejo piano desafinado al que consiguió sacar sonido. Años más tarde me reencontré con él y le pedí que arreglara mis canciones al estilo de la música tradicional cubana, que escuchó cuando era niño en su ciudad natal, Guantánamo”. Y el resultado son once temas que tendrán segunda parte y, obviamente, se llamarán ‘Reinvental’.

“Invental es lo que hacen los cubanos cuando tienen que reparar algo y no encuentran las piezas originales”

Además, hace tan solo un mes que publicaba ‘50 vueltas al sol’, un tema compuesto la noche en que cumplía 50 años y que suena al Tontxu de siempre. El próximo 2 de marzo, el cantautor actúa en el Teatro Corral Cervantes de Madrid (Matadero), cita obligada para los amantes de la música.

“Será un concierto acústico. Acompañado por mi guitarra y haciendo un repaso de las canciones más significativas de estos 25 años de carrera que celebramos. Íntimo, como la gran mayoría de conciertos que he ofrecido a lo largo de mi carrera. Mostrar las canciones tal y como nacieron, desnudas, interpretadas a voz y guitarra es la forma más sincera y natural de hacerlo”.

“DESPRECIO LA NUEVA MÚSICA”

Pasada la barrera del medio siglo, el artista bilbaíno confiesa que “mentalmente uno tiene a veces la sensación de seguir siendo el mismo que a los 20, pero físicamente, la Ley de la Gravedad se nota más cada año. Por eso tomé cartas en el asunto tras la pandemia que me tuvo sin trabajo y movilidad durante demasiado tiempo y empecé a hacer yoga, natación, ciclismo y dieta”. Eso, junto a sus “tres bárbaros hijos y mi gran y paciente mujer, Elena”, le hace seguir al pie del cañón.

“Amo la armonía, la melodía original y las letras con carga filosófica. Y de eso ya no escucho prácticamente nada”

Ahora bien, separado lo familiar de lo profesional, Tontxu reconoce que con ese paso del tiempo se nota en la composición musical. “He dejado en manos de un equipo que ha sabido adaptarse a ese nuevo panorama. Yo me considero un inadaptado mayúsculo, pero no sólo en el ámbito musical, en casi todos. Me niego a adaptarme porque desprecio la nueva música. Amo la armonía, la melodía original y las letras con carga filosófica. Y de eso ya no escucho prácticamente nada. Desde hace años se impusieron el ritmo y las letras vacías de contenido. Por lo tanto, me interesa muy, muy poca cosa”.

Un ejercicio de estoico que llevará a las tablas del Teatro Corral Cervantes el próximo 2 de marzo. Y al que “por supuesto, estáis todos invitados”.