falta cadena de música centro cívico La Alhóndiga

A finales de enero de este año abordábamos desde estas líneas el grave problema de seguridad ciudadana que padece Getafe. En una misma semana, conocíamos que dos valientes policías locales que abatieron a otros dos peligrosos narcotraficantes tras una persecución, en lugar de recibir dos medallas recibieron dos condenas a prisión por parte de la muy garantista justicia española para con los derechos de los delincuentes; al mismo tiempo que otros pandilleros aspirantes a delincuentes acababan con la vida de Mariano, ilustre vecino de La Alhóndiga y colaborador de Mensajeros de la Paz, cuando intentaba impedir un robo con agresión a la puerta del Metro de Alonso de Mendoza.

Y la presión de los cacos y los delincuentes no ha cedido, antes al contrario: los vecinos de Getafe, y especialmente los de La Alhóndiga, están siendo castigados por una oleada de hurtos y robos favorecida por la deficiente iluminación de muchas calles y por la escasa presencia policial en las calles. No en vano, y en lo que toca al Ayuntamiento de Getafe, faltan 31 plazas de agentes de policía local por cubrir desde hace meses, lo que reduce el número de coches patrulla de la Policía Local de Getafe a solo ¡tres! en horario nocturno. Así, no es extraño que los cacos hayan podido asaltar con total tranquilidad, en horario nocturno, dos bares de la calle Leganés, también en La Alhóndiga, para hacerse, a martillazos, con la recaudación de las máquinas tragaperras.

Y ahí están los datos oficiales, del Ministerio del Interior –que también merece su buen tirón de orejas— para que nadie pueda acusarnos de hacer sensacionalismo con cuestiones sensibles: en los primeros meses de 2017 los robos con fuerza en Getafe han crecido un 28%, los asaltos a viviendas han aumentado un 17,5% y el robo de coches se ha incrementado un 31%. Cifras que no resisten la comparación con otros municipios vecinos donde se toman la seguridad ciudadana más en serio.

Y con semejante explosión de la actividad delictiva, no es extraño que nadie se libre de ser víctima de los ladrones. Tal es la sensación de impunidad de los cacos que se atreven incluso a saquear dependencias municipales. También en La Alhóndiga, en el Centro Cívico del barrio, donde se llevaron todo lo que encontraron a mano: televisores, una cadena de música, mobiliario del centro y 600 euros en efectivo del Club de Mayores de La Alhóndiga, quienes creyeron que una dependencia municipal era lugar seguro para guardar su tesorería. ¡Santa ingenuidad!

Debe ser que, por aquello del igualitarismo socialista, los regidores municipales quieren dar ejemplo desde las instituciones ofreciendo a los delincuentes las mismas oportunidades de robar tanto en humildes domicilios privados como en dependencias públicas. Y como no todo el mundo, especialmente los vecinos menos favorecidos, puede pagarse sistemas de alarma o de seguridad privada para poner las cosas más difíciles a los cacos, pues que tampoco los tenga el Ayuntamiento. Será por eso, quizá, por lo que no se cubren las 31 plazas de Policía Local, por lo que no se acaba de dotar de los medios necesarios a los agentes y por lo que no constan demandas de la Alcaldesa a la Delegación del Gobierno de refuerzos para la Comisaría de Policía Nacional en Getafe.

Con razón ha acusado el PP de Getafe de dejadez a Sara Hernández en lo que toca a la seguridad ciudadana, que es la garantía de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, especialmente los más humildes, los que no pueden pagarse alarmas ni seguridad privada. Por eso precisamente, en interés y beneficio de los más humildes, es perentorio reforzar los cuerpos policiales en Getafe y dotarlos de medios suficientes. Mientras tanto, lo menos que podía haber hecho Sara Hernández es dar la cara, visitar el Centro Cívico de La Alhóndiga, tranquilizar a los mayores y a los vecinos del barrio, reponer en el acto todos los objetos robados del Centro y, acto seguido, contratar un sistema de seguridad para ese centro cívico y para el resto de dependencias municipales. Las hay desde 30 euros al mes y avisan de la intrusión de los cacos en el teléfono móvil. ¿Qué de dónde saca usted el dinero para eso? Sugerencia: con los casi 600.000 euros que su Gobierno se gasta en propaganda, tendría usted para más de 1.500 sistemas de alarma. Una ganga, oiga, a trueco de que nadie pueda llegar a pensar que, en Getafe, es tan fácil y barato robar que se roba hasta en el Ayuntamiento.