Altera manu fert lapidem, panem ostentat altera. Traduzcamos: «Con una mano muestra el pan y en la otra lleva una piedra». Así lo escribió Tito Macio Plauto en su comedia titulada ‘Aulularia o ‘La comedia de la olla’, y que bien podría definir lo que ha sido la política del PSOE de Pedro Sánchez durante estos largos años, que pueden tocar a su fin si las urnas lo deciden.

Una legislatura marcada por la pandemia, pero también por el derroche de dinero público, la degradación de las instituciones y el oscurantismo que nos retrotraen a épocas pasadas, más propias de sátrapas autoritarios que democracias occidentales. En todo este tiempo, llegar a fin de mes para las familias españolas ha sido y es un auténtico trauma. Paralelamente, mientras nos apretábamos el cinturón ante las curvas de la economía, el Gobierno de España no ha hecho ningún gesto de reducir el gasto político. Todo lo contrario, pues ahí se ha mantenido un Ejecutivo con más de veinte ministros y una cohorte de asesores y ‘enchufados’ varios que han vivido y viven a cuerpo de rey.

Pedro Sánchez y su séquito han ofrecido migajas de pan en una mano, con forma de ayudas irrisorias y anuncios vacuos en todas las áreas, mientras en la otra mano escondían la piedra para hundir más al país en una perpetua deuda que pagaremos y pagarán generaciones. La última ocurrencia, la de financiar viajes turísticos a jóvenes de entre 18-30 años, que no es otra cosa que comprar votos.

Una estrategia no solo exclusiva de Sánchez, sino de sus embajadores en el Sur de Madrid. Véase la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, que ha hecho todo lo que dijo que no haría, salvo pactar con BIldu/ETA, pues afortunadamente en Getafe no se presentan, incluyendo el intento de engañar a los jóvenes getafenses con cheques irrisorios de 50 euros. Una alcaldesa que usa el Ayuntamiento como su cortijo.

Esa nada absoluta también es el PSOE de Alcorcón. Unos socialistas que a bombo y platillo anuncian proyectos, que luego quedan desiertos a la hora de licitarse, y que en cuatro años han sido incapaces, junto a sus socios de Podemos, de atajar problemas como la inseguridad. Mientras, se dedican a cortinas de humo, a la política del marketing, sin resolver lo esencial para los ciudadanos.

Puro sanchismo en ambos casos, cuyos tentáculos han retorcido el Sur de Madrid, hasta el punto de creerse dueños del destino de más de un millón de madrileños. Afortunadamente hay una oportunidad de romper esas cadenas el próximo 28 de mayo, con las elecciones municipales y autonómicas. Unos comicios que se antojan como primera vuelta para poner fin al PSOE de Pedro Sánchez; a esa perniciosa política de la mentira, la ruina económica, la deuda perpetua y la degradación de las instituciones. El 28 de mayo es la primera oportunidad de decir rotundamente ¡NO! al sanchismo.