Susana Aguilera es vecina de Parque Oeste, Alcorcón, y ha publicado su nueva novela Aalima, la mudéjar de Bulkuma, disponible en Amazon, bibliotecas o bajo demanda en librerías. También lo distribuye la propia escritora a través de sus redes sociales y, además, dedicado personalmente.

«La historia transcurre en dos tiempos paralelos: la época actual y la Edad Media. La trama en el pasado ocurre en la Reconquista de Córdoba y Jaén por los cristianos y el nacimiento del extraordinario emirato nazarí en el siglo XIII», explica la escritora alfarera para Al Cabo de la Calle.

Profundizando en la novela, ésta arranca «cuando Daniel regresa a la casa de su pueblo tras la muerte de sus padres después de muchos años sin contacto con ellos. Allí, en los sótanos musulmanes de su casa andaluza descubre un curioso manuscrito escrito en dos lenguas: musulmán y romance, cuya portada contiene la cruz de Calatrava atravesada por una media luna musulmana. Un símbolo impensable en aquellos tiempos de guerras santas y reconquistas», reconoce.

«Con ayuda de su cuñada Dolores, el historiador del pueblo y dos catedráticos especializados en estudios árabes e islámicos descubrirá la historia de Aalima, la verdadera protagonista del libro: una mudéjar que se enfrentó al destino que su cultura le tenía preparado y que fue testigo de la creación de la Alhambra, el nacimiento del reinado nazarí, la caída de Jaén y Córdoba y la creación de las encomiendas calatravas en la zona fronteriza entre los reinos cristianos y los reinos andalusíes», añade.

Así se salta a un pasado donde asistimos a la lucha de una mujer por su libertad, que vivirá «experiencias bellas a veces, amargas y dolorosas otras, que la irán marcado. Se resistirá a vivir sin libertad como mujer, cuando ama las cosas que están destinadas para los hombres. Se replanteará su propia fe por un amor prohibido con un monje guerrero calatrava», cuenta la escritora alcorconera.

ALEGATO A LA CONVIVENCIA ENTRE CULTURAS

«En el libro hablo de temas que me preocupan mucho como los malos tratos, la intolerancia a personas con discapacidad mental (el hijo de Aalima tiene síndrome de down), intolerancia religiosa y sobre todo de superación», prosigue Susana.

Es más, ella define este trabajo literario como «un alegato a la conciliación y la convivencia pacífica de culturas, buscando las cosas que nos unen como personas, aunque pertenezcamos a civilizaciones diferentes». Y en este sentido, «la religión es el puente de unión a pesar de que en ese tiempo se empleaba como instrumento de odio y sometimiento».

«Con este libro pretendo trasladar al lector a aquella época de nuestra historia donde los hombres y mujeres se regían por el honor y la fe, donde pese a la lucha despiadada por la supervivencia eran capaces de disfrutar de las pequeñas cosas bellas de la vida», puntualiza.

En definitiva, una comparación del ayer y hoy. «Cómo eran las esperanzas, ilusiones y sueños de aquellos tiempos y como vivimos los nuestros, en estos tiempos en los que se vive deprisa, buscando el éxito, sin valorar todo lo que tenemos al alcance de nuestras manos». Una alternativa literaria para este verano.