Agentes de la Policía Nacional han detenido a cuatro individuos, que actuaban por toda la Comunidad de Madrid, especializados en el robo de bares por el método del ‘alunizaje’. Los arrestados utilizaban un vehículo de gran potencia para asegurarse la huida en caso de detectar presencia policial.

Según fuentes policiales, fracturaban con mazas las puertas de acceso de los establecimientos, la mayoría bares, museos del jamón y algún local de apuestas, para apoderarse de la recaudación de las máquinas de juego y de las cajas registradoras.

Se les imputan diez robos con fuerza y el robo de una furgoneta, llegando a cometer varios hechos en una misma noche con apenas minutos de diferencia. El botín total solo asciende a 9.000 euros, pero son más los costes a los establecimientos por los daños generados.

LA INVESTIGACIÓN SE INICIÓ EN AGOSTO

La investigación se inició el pasado mes de agosto, cuando se detectaron varios robos en restaurantes y cafeterías de distintos puntos de la región por el mismo ‘modus operandi’. Varias personas fracturaban con mazas las puertas de acceso de los locales, siempre de madrugada, para llevarse el dinero de las cajas registradoras y de las máquinas recreativas. Posteriormente, huían rápidamente del lugar a bordo de un vehículo de gran cilindrada para poder evitar cualquier persecución policial en caso de ser sorprendidos.

Avanzadas las pesquisas, agentes del Grupo XXI de la Policía Nacional pudieron constatar que en apenas 24 horas llegaron a cometer seis hechos en distintos restaurantes de la Comunidad de Madrid. Incluso en una ocasión, con apenas 30 minutos de diferencia, asaltaron tres bares recorriendo la región de norte a sur.

En apenas 24 horas llegaron a cometer seis hechos en distintos restaurantes de la Comunidad de Madrid

Durante la investigación pudieron comprobar como estos individuos adoptaban numerosas medidas de seguridad para evitar ser arrestados. Durante sus salidas, mientras unos cometían los robos, otros vigilaban el entorno con extintores en mano para vaciarlos en caso de detectar la presencia policial y poder escapar del lugar rápidamente.

Inmediatamente después, ocultaban el vehículo en un garaje del distrito madrileño de Villa de Vallecas para evitar cualquier investigación sobre el mismo. El coche era un Renault Megane de casi 300 caballos, han informado a los periodistas uno de los investigadores del caso.

Una vez los policías lograron la identificación de los cuatro varones, que siempre iban encapuchados, se produjo la detención de todos ellos el pasado mes de octubre pasando a disposición judicial como presuntos responsables de diez robos con fuerza, el robo de una furgoneta así como un delito de lesiones, ya que incluso trataron de embestir a un vehículo policial en dos ocasiones a gran velocidad.

Antes de ser arrestados, tiraron por la ventanilla la llave el Megane que siempre utilizaban para los atracos, probablemente robado. Luego incautaron el vehículo en cuyo interior ocultaban las mazas y otras herramientas que utilizaban en los hechos delictivos, que se localizaron, entre otros puntos, en Getafe o en los distritos madrileños de Fuencarral, Villa de Vallecas o Usera.

HIJOS DE CONOCIDOS ‘ALUNICEROS’

La mayoría de los detenidos son veinteañeros de un mismo clan familiar, pero hay alguno que supera los 30 años. Entre ellos se encuentre ‘Maikel’, el piloto de la banda, un joven con gran pericia al volante. También se encuentra unos mejores ‘maceros’ de Madrid, A.R.M.G., alias ‘Lete’, hijo del conocido alunicero ‘El Roñas’.

Los cuatro arrestados fracturaban con mazas las puertas de acceso de los establecimientos, la mayoría bares, museos del jamón y algún local de apuestas

Todos son españoles tienen antecedentes por delitos similares y han pisado la cárcel en algún momento, ya que se dedicaban a la comisión de robos con fuerza desde antes de cumplir la mayoría de edad. Entre sus familiares se encuentran algunos de los condenados por el cruel asesinato de Sandra Palo en Getafe, en 2003.

Según las mismas fuentes policiales, la banda estaba perfectamente organizada. Vivían en casas okupadas, que iban cambiando cada poco tiempo para dificultar las investigaciones policiales. Además, apenas hay datos de los delincuentes, ya que no se registraban en ningún sitio ni tenían carné de conducir. Además, son muy violentos, poniendo en riesgo su propia vida y la de los demás en violentas persecuciones.