«Pero es que se han traído, incluso al muchacho este de Andalucía, se han traído hace dos días, a Juanma Moreno. Le voy a empezar a llamar, el vendedor de crecepelo. Reparte agua donde no hay y busca votos del PP donde no hay, en Fuenlabrada. ¿Pero para qué vienes a Fuenlabrada, muchacho? ¿Dónde te han traído? ¿Para qué vienes a Fuenlabrada?»

No lo dijo un hooligan, no, sino el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, cargo público y representante de toda, absolutamente toda, la ciudadanía de Fuenlabrada, le hayan votado o no.

Por trabajo, ruedas de prensa, entrevistas y coincidencias de la vida, conozco en persona al regidor fuenlabreño: una persona cercana, afable incluso, de buen trato, y cuando le escuché dirigirse así a una parte de sus vecinos, de mis vecinos, me dio vergüenza, sinceramente.

En Fuenlabrada hay votantes del PP, sí. Ayuso barrió en las elecciones de 2021. También hay de Podemos, de Ciudadanos, de VOX, de Más Madrid, por supuesto del PSOE. Hay gente que ni vota. Faltaría más. Porque Fuenlabrada, al menos en la que he vivido 34 años, es plural, abierta. No es de nadie. Cabe todo el mundo. Pertenece a los fuenlabreños, pero también a quienes vienen de cualquier rincón de Madrid, de España, del mundo.

Juanma Moreno, andaluz, vino a Fuenlabrada de precampaña. O porque le dio la gana, alcalde. Y no es un muchacho. Igual que en su día vino Zapatero, lo peor que le ha pasado a este país; o el mismo domingo Pedro Sánchez, con su Zapatero 3.0: Juan Lobato.

De verdad que no le reconocí en esta parte de su intervención, alcalde. Imagino que se dejó llevar por la euforia. Le he visto en las procesiones, cosa que su antecesor Robles despreciaba, rodeado de mucho vecino conservador.

Me gusta ese Ayala integrador. Igual que el que apuesta por una Navidad como lo que es, especial. Quién ha visto y quién ve a Fuenlabrada en esas fechas. Pero ese otro Ayala chulesco, prepotente y cuasi abusón con alguien que viene ‘de fuera’, como Juanma Moreno, no me causa ninguna simpatía.

Y más aún porque me consta que a ese acto del PP fueron amigos, vecinos de la ciudad, en cuanto a ciudadanos libres. Igual que otros conocidos y amigos han ido a los actos de Podemos, de PSOE o de VOX. Todos fuenlabreños, que voten a quien voten, se merecen un respeto.