Entre tanto viaje y viaje, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hacía escala en Alcobendas para participar en la carrera reivindicativa Yo no renuncio, que persigue la conciliación familiar y laboral de la mujer. Sánchez pretendía darse un baño de masas, de esos en los que luce planta y aires, para sacar músculo por la igualdad y la reivindicación femenina.

Y todo iba bien mientras hablaba y hablaba de su intención de sacar unos Presupuestos con más inversión en igualdad. Claro que una humilde corredora no dudo en ponerle los pies en la Tierra a Sánchez al grito de “¡convoca elecciones caradura!”. Y es que Sánchez se aupó a la Moncloa no solo con el apoyo de independentistas y nacionalistas, sino también con la promesa de echar al lastre de Mariano Rajoy y llamar a los españoles a las urnas. La primera premisa la cumplió y la segunda la ha olvidado entre tanto viaje en Falcón y más de dos meses sin aceptar preguntas de la prensa.