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No se puede tapar el sol con un dedo. Inténtenlo, pero les va a ser imposible. Podrán ocultar parcialmente su imagen de los focos solares, pero a su alrededor seguirá habiendo luz y su figura continuará expuesta a esta iluminación. Por mucho que se quiera, hay realidades tan visibles a los ojos de todos que a pesar de tratar de impedir con el dedo que no sean iluminadas, tarde o temprano acaban siendo enfocadas.

Lo mismo vale para la política. Sobre todo si llevas viviendo de la cosa pública tantos años. Como le pasa a la actual portavoz del PSOE de Alcorcón, Natalia de Andrés. La secretaria general de los socialistas locales es el último bastión de la época de Cascallana en la ciudad. Bueno, ella y las deudas que ha tenido que asumir el actual equipo de Gobierno, al que bien es verdad esta excusa ya le queda un poco grande, después de siete años al frente del Ayuntamiento.

“Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho”

Aún así, los hechos son los que son. La realidad es muy tozuda y uno se topa habitualmente contra ella a pesar de no quererlo. Isaac Asimov, uno de los padres de la ciencia ficción, ya advertía que “negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho”. Y en Alcorcón, ese hecho hoy es que a Natalia de Andrés, aspirante a alcaldesa de Alcorcón de aquí a poco más de un año, la Fiscalía le pide cinco años de inhabilitación mercantil para administrar bienes ajenos, así como representar o administrar a cualquier persona física o jurídica después de su etapa como consejera de EMGIASA. Esta petición de la Fiscalía no es vinculante para el juez, es verdad, pero es otro elemento de juicio en la decisión final. Y también es verdad que la inhabilitación mercantil no es lo mismo que la inhabilitación política. Ni se le parece. Puede hacerse política y ocupar un asiento en el Pleno con total libertad, faltaría más. Pero: ¿y qué pasa con la imagen? ¿En qué lugar queda? ¿Puede un político, custodio del bien público, estar bajo el paraguas de la duda?.

No está demás recordar al divino Julio César y viajar a la cuna de nuestra civilización para dar una posible respuesta a esta cuestión. Según la historia recogida por Plutarco, Julio César se divorció de Pompeya Sila porque ella asistió a una Saturnalia, orgía sexual que se permitían las damas romanas de la aristocracia en algunas oportunidades. Tras anunciar su divorcio, las matronas romanas le pidieron a César evocar esta decisión porque, al parecer, ella había asistido solo como espectadora y no había cometido algún acto deshonesto. Y César contestó: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino además parecerlo”.

“La mujer del César no solo debe ser honrada, sino además parecerlo”

Un sentencia que bien vale para los guardianes de la cosa pública como la propia Natalia de Andrés o el secretario de comunicación de su partido, Jesús Gamonal, que aparece en papeles de la Agencia Tributaria a pesar de que su líder, de Andrés, trate de ocultar este hecho con el mismo dedo que colocó a Gamonal en su Ejecutiva.

Y es que tratar de ocultar el sol con un dedo es solo un juego porque el sol siempre acaba saliendo desde el principio de los tiempos. Julio César y Asimov lo sabían. Y por mucho que quiera De Andrés, los vecinos de Alcorcón también lo saben.