Uno de los agujeros del terreno de juego

Valdemoro resurgirá de sus cenizas. Afortunadamente la ciudad no ha sido pasto de las llamas, ni víctima de un emperador perturbado, como Nerón, que quemó por completo Roma, ‘la Ciudad Eterna’, para luego echar la culpa a los cristianos. No, aquí no ha pasado eso.

Lo que sí ha ocurrido en Valdemoro han sido cuatro años de desidia, dejadez y pereza de un Gobierno, que ha ido dejando que el patrimonio valdemoreño se desgastase con el paso del tiempo y su uso. Detrás de un problema siempre hay un político y las consecuencias, como siempre, las pagan los vecinos. No olvidar, eso sí, que fuimos los ciudadanos quienes elegimos a nuestros gobernantes allá por 2019, así que cada uno que haga su propio ejercicio de expiación y reflexione el 28 de mayo donde hay que hacerlo: en las urnas.

Pero hablemos del patrimonio de Valdemoro, el tangible y físico que son, en este caso, las instalaciones deportivas. En una misma semana se ha cerrado la piscina municipal de Valdesanchuela, al detectarse un brote de legionella. ¿Se puede prevenir? Pues claro, como todo en esta vida. Así expertos recomiendan usar difusores de gota gruesa, sobre todo en duchas.

También purgar semanalmente aquellos grifos con poco uso, dejando correr el agua unos 5 minutos. Y al menos una vez al año desmontar los difusores y filtros para desinfectarlos. En definitiva, un mantenimiento como corresponde a cualquier instalación. En este caso, pública. Sin embargo ahí está el brote y la piscina cerrada.

El cierre de la piscina municipal y del campo de fútbol de El Restón en apenas una semana pone en evidencia el nulo mantenimiento de instalaciones municipales, merced a cuatro años desaprovechados

Otro tanto con el campo de fútbol de El Restón, cerrado por la Real Federación de Fútbol de Madrid, quien constató que el mal estado del recinto fue la causa de que un futbolista se lesionara gravemente. Otra instalación en mal estado y que no podrán usar los deportistas de Valdemoro, olvidados a su suerte. Luego queremos campeones en disciplinas deportivas.

¿Dónde está el dinero de los impuestos de los valdemoreños? ¿A qué se ha destinado? Alguien del Gobierno municipal debe dar explicaciones y, una vez dadas, dimitir, aunque resten apenas tres meses para que finalicen su nefasta gestión de cuatro perezosos años.

Decía el poeta alemán, Johann Christoph Friedrich Schiller, que “lo viejo se derrumba, los tiempos cambian y la nueva vida florece en las ruinas”. También ocurrirá para Valdemoro, estamos seguros.

Pero hasta que eso pase es necesario un ejercicio de reflexión ciudadana. Nosotros elegimos a nuestros gestores. Pensémoslo bien antes de depositar el voto en la urna. No nos dejemos llevar por cantos de sirenas, modas y tendencias. Está en juego no solo el futuro de una de las ciudades más importantes del Sur de Madrid, sino, y a la vista está, la salud de todos. Valdemoro se merece otra oportunidad, unas instalaciones deportivas de primera. No fallemos, pues la pelota echa a rodar cada cuatro años.