Cultura Commodore celebraba este jueves, uno de sus ‘Desayunos’ en torno al atractivo de los perdedores, a propósito de la puesta de largo de El combate interminable (Navona), del escritor Juan José Flores, acompañado de la poeta y crítica literaria Bárbara Mingo; la directora de cine documental, Arantxa Aguirre, y el ganador del Goya al Mejor actor de reparto, Miguel Rellán.

El responsable de Cultura Commodore, David Felipe Arranz, abría el debate comentando cómo la obra «perfecta» no existe y que muchos autores coinciden en que el arte es un constante work in progress que nunca se da por finalizado. «La novela de Juan José Flores proporciona una ocasión excepcional al lector para pensar en su propia vida, el concepto de éxito y las metas que nos fijamos cada uno», exponía Arranz.

Acto seguido, el propio autor de la obra defendía que «hay un momento en que uno boxea contra su propia sombra», dejando en manos de los lectores, completar esta historia basada en personajes reales, «con la aportación de su combate interminable particular».

Para Rellán, «la melancolía, la grandeza de la derrota, definen una ética, y a mí eso me interesa mucho, como la de aquel boxeador infatigable que se retiró sin ganar ninguno de los 625 combates en los que participó».

Por su parte Mingo expuso que «la clave es resistir y el talento, ya que puedes trabajar, ser muy constante y no despuntar nunca, así que la clave está en aunar talento, constancia y suerte». Asimismo, la poeta recordó que «la figura del perdedor está muy reconocida, pero lo que no está tan subrayado es el placer, el gozo de la creación y de incluso el vivir mismo».

EL ÉXITO EFÍMERO

Por último, la cineasta Arantxa Aguirre resaltaba la importancia del romanticismo de los personajes que pierden, a la par que revisaba el concepto humano del éxito. «Depende de la calidad humana de su protagonista; el éxito verdadero está en cosas más finas que el reconocimiento mediático y económico».

Para la directora «hay registros de la vida maravillosos, como los que aparecen en esta novela, ya que uno de los fines de la ficción es contar los muchos registros de la vida y el lector o espectador precisamente ha de ir a buscar esos momentos a las obras de arte».

Según Aguirre, lo importante es «la experiencia, la memoria, el recuerdo… Que le quiten lo ‘bailao’ al personaje, porque eso es todo un patrimonio».

En este sentido, Juan José Flores zanjaba que sí hay una cierta búsqueda de reconocimiento por parte de todos los autores, porque si no, la obra de arte no existiría, pero en realidad «el verdadero éxito está en el combate, que depende de la índole de cada uno».