En el año 1993, el tándem formado por Harold Ramis y Bill Murray regalaba una de las comedias más icónicas de los 90’s como Atrapado en el tiempo. Para los neófitos en la materia, la película narraba la historia de Phill Connors, el hombre del tiempo que viajaba a Punxstawnwey a cubrir la información del festival del Día de la Marmota. Dependiendo de si el gran roedor salía o no de su madriguera, así sería el invierno. Ya de regreso, el equipo de Connors se veía sorprendido por la tormenta que les obligaba a volver a Punxstawney a pasar la noche. Ya despierto, el hombre del tiempo contemplaba como volvía a ser el Día de la Marmota. Y así un día, y otro día, y otro

¿Se imaginan vivir en un bucle donde siempre ocurre lo mismo días tras días? Da igual lo que hagas, cómo lo hagas o dónde lo hagas que el día va ser exactamente igual que el anterior. No hay posibilidad de escape ni de jugar con el destino.

Ya está bien de anuncios. Los viajeros quieren que las palabras y promesas se conviertan en realidades para acabar con el caos del Cercanías

Pues más o menos es lo que padecen de un tiempo a esta parte los viajeros de la C-5 de Cercanías, una de las líneas de tren más utilizadas en la región por vecinos de Fuenlabrada, Griñón, Humanes, Arroyomolinos, Moraleja, Leganés o Alcorcón para comunicarse entre ellos, llegar a sus centros de trabajo o estudio y a la capital. Tras la aprobación del Plan de Cercanías durante el pasado mandato del PP al frente del Ministerio de Fomento (100 días), parecía que se iban a acabar los trastornos en el servicio. La solución a todos los males había llegado. Coincidía además con el verano y el periodo vacacional, cuando disminuye el número de viajeros por razones obvias.

Pero el curso laboral y educativo ya ha empezado y con ello las averías de trenes, incidencias, retrasos, falta de información en paneles o desperfectos en estaciones donde las escaleras mecánicas o los ascensores se encuentran averiados. Todas estas cuitas no solo no parecen haberse evaporado tras la aprobación del Plan y los anuncios de aires nuevos para el Cercanías, sino que se han agravado durante estas semanas, provocando situaciones de auténtica desesperación.

El curso ha empezado y con ello las averías, incidencias, retrasos y desperfectos en el servicio de la C-5 de Cercanías

Es el pan nuestro de cada día entre los viajeros de la C-5 -y en general del resto de líneas como la C-3 o la C-4-, abocados al caos por la incompetencia administrativa y ferroviaria. Como en el ‘Día de la Marmota’, no hay jornada en la C-5 que se salde con algún que otro contratiempo para pesadilla de los usuarios. Haciéndose cada día más evidente que la calidad del servicio y el precio del billete no van al unísono.

Por eso ya está bien de anuncios. El último, el del actual ministro de Fomento, el socialista José Luis Ábalos, que informaba de una inversión de más de 1.000 millones de euros en los dos próximos años. Decía el ministro eso de “vamos a pasar de las palabras a los hechos”. Y es lo que están esperando de una vez por todas los vecinos. Que las palabras y promesas de inversión se conviertan en realidades y se deje de padecer un lamentable servicio de Cercanías por el que se está pagando vía impuestos y billetes una cantidad desorbitada.

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