“Como Gobierno la prioridad que tenemos es clara: frenar la inflación, por ello estamos poniendo todos los medios para tratar de iniciar esta senda descendente cuánto antes y espero que empiece en el mes de abril”, decía allá por el mes de marzo en Onda Cero, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. En la entrevista con Juan Ramón Lucas, la ministra ‘más preparada’ de los 22 que componen el Gobierno remataba con que “hemos alcanzado el pico de la inflación. No creo que lleguemos a los dos dígitos”.

Pues bien, hace apenas una semana, según los datos avanzados por el Instituto Nacional de Estadística, si dio a conocer que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,8% en junio en relación al mes anterior y disparó su tasa interanual 1,5 puntos, hasta el 10,2%, su nivel más alto desde abril de 1985 (gobernaba también el PSOE, por cierto).

Tras este sopapo inflacionista, Calviño volvía a ejercer de augur, esta vez más pesimista, y vaticinaba “trimestres complejos” para la economía española. “Tenemos que trabajar y prepararnos para un escenario de inflación más alta durante más tiempo en un contexto de altísima incertidumbre”.

¿Y a qué Calviño creemos? ¿La de marzo o la de junio?. ¿Nos ha mentido a la cara, una vez más, ministras; o por el contrario, no tiene ni idea de timonear la economía española? ¿O ambas cosas?

Suena a imposible, pero Nadia Calviño debe dimitir. Ella, los 21 ministros restantes y el presidente farsante, Pedro Sánchez, han conducido a España al peor de los escenarios. Ni una contención de gasto público en todo este tiempo, todo lo contrario. Han dilapidado auténticas fortunas de dinero público en gasto político, asesores y ‘amiguetes’ varios.

Nadia Calviño ha pasado de decir que la inflación no llegaría a los dos dígitos, a alertar de trimestres complejos. ¿En qué momento dijo la verdad la ministra de Economía? Suena a quimera, pero Calviño debe dimitir

De hecho, contaba El Mundo recientemente, que Calviño montó en cólera con la Fiscalía, cuando envió a la Guardia Civil a buscar el expediente de la empresa de su marido, a la que previamente había regado con casi un millón de euros de fondos europeos. Ayuda que está siendo investigada.

Y al mismo tiempo que la inflación desborda a las familias, muchas de las cuales suspenden sus vacaciones de verano porque la música ya no suena ni en la cubierta del Titanic, la ministra de Igualdad y su séquito de ‘amiguitas’, la condenada Isa Serra incluida, se pulían 95.200 euros solo en viaje en Falcón por Estados Unidos. Posaban, para más inri, con una amplia sonrisa. ¿Y éstas venían a acabar con la casta, o al quítate tú que me pongo yo? ¿En eso consistía el asalto a los cielos que decía el macho alfa e intruso comunicador, Pablo Iglesias?

Sí, este Gobierno no solo se ríe de los españoles, en su propia cara, sino que además vive a su costa. Y muy bien, por cierto. No obstante, mantengan la calma. Esta tormenta de traición, pasará, como todas las tempestades.