Cuba exporta toneladas de azúcar al mundo, pero los cubanos lo consumen a precio de oro. Venezuela hace lo mismo con la gasolina, pero los venezolanos no pueden ni llenar sus depósitos. Y los españoles vamos camino de hacer lo propio con el aceite. Tres países con una misma nota común, pero que cada uno saque sus propias conclusiones.

El caso es que, socialismo a un lado, el precio del aceite de oliva se disparó en agosto un 52,5% respecto al mismo mes de 2022, su mayor subida interanual en 21 años, y aumentó un 8,7% respecto al mes de julio, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Desde marzo de 2021 hasta agosto de este año, el precio del aceite de oliva se ha encarecido un 114,8%.

De esta forma, el conocido como ‘oro líquido’ lo es hoy más que nunca, acumulando hasta agosto 28 meses consecutivos de ascensos interanuales. Los agricultores apuntan a la sequía como el origen de los mayores precios del aceite de oliva, si bien el aceite que hoy consumimos pertenece a cosechas de otros años, pues la de este año aun no ha comenzado y las últimas lluvias favorecen al sector.