El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha encontrado coronavirus en un vertido ilegal de aguas residuales al río Manzanares en Getafe, por lo que se «pone en riesgo la salud» de los ciudadanos y el medio ambiente.
El Seprona está realizando diferentes muestreos de aguas dentro de la operación Arcovid para localizar restos del Covid-19. El 12 de mayo realizaron varios muestreos en dichos vertidos, situados en la zona de Perales del Río, cuya ilegalidad investiga desde hace tiempo el Juzgado número 3 de Getafe, por el que está imputada la alcaldesa del municipio, Sara Hernández y varios concejales.
Las conclusiones del informe fueron remitidas el pasado 29 de junio también a las distintas administraciones públicas con competencias en la materia, como las Consejerías de Medio Ambiente y Sanidad, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y al propio Ayuntamiento de Getafe.
«Los resultados demuestran que se está poniendo en riesgo la salud de los vecinos de cada uno de los ayuntamientos que desempeñan sus actividades en las cercanías del río y de aquellos que vivan o trabajen aguas abajo, al no adoptar las medidas de gestión adecuadas de las aguas residuales del municipio. Los riesgos de afección a la salud de las personas es algo demostrado por el actual estado de pandemia», señalan los agentes del Seprona.
Para analizar estos resultados en profundidad se han basado en algunos estudios científicos previos que analizan la resistencia de este virus en el agua, que demuestran que los virus tipo TGEV y MHV a temperaturas en el intervalo entre 4 y 25 grados persisten en medios acuosos durante largos periodos de tiempo. De hecho, la persistencia de los coronavirus en las aguas residuales contaminada por estos virus «seguirá siendo un riesgo de exposición incluso después de que los individuos infectados ya no están presentes».
FUENTE DE RIESGO POR LA EXPOSICIÓN A AEROSOLES
Y que el informe del Seprona destaca que otro de los riesgos asociados con la existencia de aguas contaminadas es la posibilidad de producción de aerosoles, «que como ya ha ocurrido en distintas ocasiones con el SARS actuarían como fuente de riesgo de exposición para la sociedad». Por lo tanto, si el agua de correntía contaminados con Covid-19 se aerosolizan «podrían suponer la infección de un número indeterminados de personas».
Además, una gestión inadecuada de esta agua (es decir, de los residuos sanitarios) podría ser de riesgo de generación de brotes, «incluso aunque se tomaran medidas de cuarentena para aislar a las personas infectadas».
Otra de las vías de gestión de residuos son los colectores de canalización de las aguas residuales que hayan podido verse expuesta al Covid (instalaciones sanitarias, comercios, casas…) que se añadiría a los riesgos de infección asociados con los colectores subterráneas de aguas sucias en los núcleos de población, «que actuarían como foco».
«Queda demostrada la liberación y transmisión del SARS-CoV-2 por las aguas residuales vertidas por el Ayuntamiento de Getafe y el riesgo de contaminación de Covid-19»
Por eso, los guardias civiles avisan de la «necesidad de un control exhaustivo de tratamiento realizado en las depuradoras, tanto si se usan en jardines o para el consumo humano». Por este motivo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una guía técnica referente a la gestión del agua de saneamiento y los desechos de atención médica relevante para los virus, incluidos los coronavirus, donde se remarca que «se obtendrían muchos beneficios colaterales mediante la gestión segura de los servicios de agua y saneamiento y la aplicación de buenas prácticas de higiene». «Tales esfuerzos evitarán muchas otras enfermedades infecciosas que causen millones de muerte cada año», añade el informe.
En conclusión, remarcan que con los análisis realizados «queda demostrada la liberación y transmisión del SARS-CoV-2 por las aguas residuales vertidas por el Ayuntamiento de Getafe y, por ende, el riesgo de contaminación de Covid-19 o cualquier otra enfermedad infecciosa al no ser tratadas adecuadamente las aguas residuales liberadas, que constituyen un foco de contaminación y de riesgo para las personas que circulen o trabajen en la zona o aguas abajo».