El exportavoz del PP en la Asamblea de Madrid y candidato al Congreso, Pedro Muñoz Abrines, habla de la “ilusión” y las “ganas de cambio” para el 23 de julio, donde esperan repetir los resultados de las municipales.

Casi dos meses después, ¿confían en repetir los resultados del 28 de mayo?
Tenemos que rematar la jugada. En mayo los españoles dijeron que estaban cansados del ‘sanchismo’, que era el momento de pasar página, de promover ilusión, cambio, seriedad y respeto institucional. Somos conscientes de esa realidad y estamos convencidos de que los españoles volverán a respaldar lo que dijeron en mayo.

Por resumir. ¿Qué se juega España el 23 de julio?
Tenemos que acabar y derogar el ‘sanchismo’. Es básico y fundamental. El daño institucional, de prestigio internacional y el daño económico es muy duro y grave. Si no conseguimos derogar el ‘sanchismo’, durante los próximos cuatro años tendremos un Gobierno aún peor, porque si habiendo mentido directamente a los ciudadanos, habiendo liberado a violadores, indultado a golpistas, se sentirá inmune para hacer más cosas. Bildu y ERC no mienten. Ya están diciendo que quieren un referéndum y seguir su hoja de ruta. En el caso de Bildu, eliminar de Navarra cualquier vestigio de España.

España es mucho mejor país que el Gobierno que tiene en estos momentos. Nuestro proyecto es de propuestas e ilusión. Hace falta una persona fiable, creíble, profesional, seria y responsable como Alberto Núñez Feijóo, para darle la vuelta a la situación.

¿En qué beneficiará a los madrileños que Feijóo llegue a la Moncloa?
Madrid lleva cinco años sufriendo la política de Pedro Sánchez. Desde el primer momento decidió perjudicar, torpedear, atacar los intereses de la Comunidad de Madrid. Lo ha hecho de distintas formas. Primero en pandemia decidió crear un estado de alarma ad hoc y exclusivo para Madrid. No nos permitió cambiar de estado de apertura, alegando el informe de un comité de expertos que no existía. Nos ha perjudicado en las inversiones, presupuestando menos dinero que al resto de autonomías. Nos ha discriminado en el reparto de fondos europeos.

El primer cambio que notaremos será tener en Moncloa un presidente que no solo no atacará a Madrid, que ya es un cambio, sino que hará lo posible para repartir los fondos públicos y tomar decisiones con criterios objetivos. No vetará a Madrid para ser la sede de la Agencia Espacial Española, a pesar de que en nuestra región se concentra el 90% de la industria aeroespacial. No se dedicará a hablar mal de Madrid o crear un impuesto ad hoc, como el de las grandes fortunas, para perjudicar a Madrid.

Seguramente necesiten pactar. El PSOE pacta con Bildu, independentistas, comunistas… Y ustedes parece que con VOX no pueden. ¿Por qué cuesta tanto?
La izquierda tiene una tolerancia selectiva. Es decir, ellos pueden tener margen para hacer lo que consideren oportuno, porque piensan que el fin justifica los medios. Sin embargo, el resto de las formaciones políticas, especialmente el PP, no tienen derecho a nada.

Ese escenario vamos a intentar que no se dé. Aspiramos a un Gobierno fuerte, estable, sólido, con una mayoría para gobernar en solitario. Creemos que sería más eficaz el no tener un freno. El objetivo es que, si quieres que se vaya Sánchez, la única alternativa real es Feijóo. Hay que ser consciente de esa realidad y poner la papeleta del PP en la urna. Si superamos los 150 escaños estamos en disposición de gobernar en solitario.

«El objetivo es que, si quieres que se vaya Sánchez, la única alternativa real es Feijóo. Hay que ser consciente de esa realidad»

Sí pero llegado el caso, ¿usted pactaría?
Nosotros pactamos con todos aquellos que defiendan la Constitución, España y que puedan garantizar una gobernabilidad razonable. Lo que no vamos a hacer, desde luego, es pactar con Bildu, con ERC, con separatistas, comunistas y populistas que quieren acabar con la Transición, con el derecho de propiedad, que defienden la okupación. No pactaremos con quienes aprueban normas que permiten que más de 1.200 violadores y agresores sexuales vean reducidas sus condenas.

De ahí lo de derogar el ‘sanchismo’, que decía anteriormente.
Eso es. Acabar con lo que el propio Sánchez definió como la mentira, la manipulación y la maldad. Por tanto, lo primero que tendremos es un Gobierno que no va a mentir a los ciudadanos, que va a tener un enorme respeto institucional. Eso significa sacar las manos de las instituciones como ha hecho Pedro Sánchez, buscando su interés. Eso supone revisar toda la legislatura aprobada estos años, especialmente la que se ha hecho apoyada por independentistas y Bildu.

«No pactaremos con quienes aprueban normas que permiten que más de 1.200 violadores y agresores sexuales vean reducidas sus condenas»

¿Y el modelo económico?
Sin duda. Hay que revisarlo. No podemos ser el país con más paro de la Unión Europea. Uno de los que más poder adquisitivo ha perdido en los últimos cinco años. Necesitamos darle una vuelta de tuerca. No podemos ser el país donde más crece la deuda, porque eso tiene consecuencias. Ni una presión fiscal de las más altas de Europa.

Hay que bajar impuestos y el presidente Feijóo ya ha dicho lo que va a hacer. Hay que incrementar la competitividad y la productividad, porque existen muchos obstáculos para las empresas. Y por supuesto hay que revisar todo el gasto público, no podemos seguir con ese incremento del déficit desmesurado. Haremos una auditoría para decirle a los españoles cuál es el escenario de las cuentas públicas. A partir de ahí, tomaremos decisiones, como reducir ministerios, asesores y ese gasto superfluo incrementado por Sánchez.

En política migratoria, ¿temen que lo que está ocurriendo en Francia suceda en España?
Es preocupante, pero creo que afortunadamente no estamos en esa situación. Ni la manera de vivir, de integrarse, ni el origen migratorio es el mismo. Por tanto, no estamos ante una situación similar. Evidentemente hay que controlar todos los procesos migratorios, como hacen todos los países, sin adoptar medidas que generen un efecto llamada indeseado.

Salvo alguna excepción, en términos generales, la política migratoria en España se ha hecho con criterios razonables y la integración es bastante positiva. Tenemos que plantearla muy bien, porque cuando tenemos un índice de natalidad muy bajo y vamos a necesitar personas para trabajar y sostener nuestras pensiones, tenemos que ver cómo lo hacemos de una manera ordenada, sensata y razonable.