La presente edición de la Copa del Rey ya es historia para el Getafe, que este jueves caía eliminado a manos de un Alavés que parece haber encontrado en el torneo del KO la mejor vía para aliviar su desalentador arranque liguero. Todo lo contrario que el equipo azulón, que tras el 0-1 de la ida en el Coliseum apenas ofreció síntomas en la vuelta de que la remontada era posible.
La cosa salió torcida desde el principio. El tempranero tanto de Bojan a los tres minutos dibujó un infranqueable muro para las huestes azulonas, cuyas aproximaciones al área local se quedaban en mero fuego de artificio en cuanto llegaba la hora de poner en aprietos el marco babazorro. El Alavés, en cambio, seguía a lo suyo y aprovechaba cada concesión del Getafe para poner la directa a cuartos.
El segundo de la noche corrió por cuenta de Bojan, que envió definitivamente a la lona a los de Bordalás coincidiendo con la media hora de juego. El pescado estaba vendido y de ahí al final solo la entrada de Ángel en escena procuró algún sobresalto a la meta local, pero no era la noche del Getafe y si para algo quedó tiempo fue para que Munir mediada la segunda mitad redondease su actuación con el tercer y definitivo tanto de la contienda.
Adiós, pues, a la Copa por parte del colectivo azulón, que por momentos dio la sensación de estar más pendiente de su duelo liguero de este domingo ante el Valencia que de contemplar seriamente la posibilidad de remontar. Al menos, en Mendizorroza tuvieron minutos algunos de los jugadores menos utilizados en este arranque de competición como Emiliano Martínez, Gorosito, Molinero o Sergio Mora, aunque la mejor noticia la protagonizó Dani Pacheco, que disfrutó de sus primeros minutos en mucho tiempo.
