Febrero de 2018. Gobierna en España el PP de Mariano Rajoy, que proyecta más de 5.000 millones de euros para reestructurar toda la línea de Cercanías de la Comunidad de Madrid. El servicio, ciertamente, es caótico, hay averías todos los días y necesita una remodelación urgente.
En el PSOE de Madrid y sus satélites del Sur, como Getafe, hacen campaña denunciando ‘#LaAveríaDeCadaDía’. No les falta razón, el pueblo les apoya y hasta el PP parece que también, de ahí la inversión.

Solo en Getafe se han dejado de ejecutar hasta 13 millones de euros en las líneas de Cercanías

Meses después, todo se precipita. Pedro Sánchez llega al Gobierno, aupado por los herederos de ETA (Bildu), comunistas, golpistas catalanes (ERC) y secesionistas vascos (PNV), amén de ‘tontos’ útiles, como el diputado de Teruel Existe, Nueva Canarias o Coalición Canaria. En fin, que los socialistas se hacen con el poder y los madrileños confiamos en la palabra dada. Van a mejorar el Cercanías.

Pero no, en sus primeros Presupuestos, Sánchez y su cohorte de ministros meten en un cajón el ‘Plan’ de Rajoy (solo en Getafe iba a dejar 13 millones de euros en mejoras). Adiós a las promesas.

El PSOE rechaza en el Pleno cualquier iniciativa que pide al Gobierno mejorar el Cercanías

Mientras tanto, las averías no solo siguen, sino que cinco años después son insoportables. Más aún en este inicio de 2023, coincidiendo con las obras en Chamartín que afectan de lleno a las líneas C-3 y C-4, que atraviesan Valdemoro, Pinto y Getafe, con los viajeros sufriendo un calvario a cualquier hora del día y en cualquier tramo de la red ferroviaria.

Lo único que ha cambiado en este lustro es la postura de los socialistas madrileños, en general, y getafenses, en particular. Ya no hablan de ‘#LaAveríaDeCadaDía’. Es más, en el caso de Getafe, cualquier propuesta que llega al Pleno, sea del Partido Popular o de Más Madrid Compromiso con Getafe, instando al Gobierno central a mejorar el servicio, es automáticamente rechazada por la alcaldesa Sara Hernández y los suyos, con la muleta, claro está, de Unidas Podemos, que vinieron a cambiar las cosas y a asaltar los cielos de la política nacional y municipal, para acabar siendo más casta que la propia élite.

En definitiva, cinco años después, la realidad es que la alcaldesa de Getafe no solo se ha traicionado a sí misma, pues dijo que estaría nada más que dos legislaturas y aspira a una tercera, sino y más grave, a los vecinos, a los que ha dejado tirados con las reclamaciones en el Cercanías, como ya hizo con la ampliación del vertedero de Pinto, que ella misma ha impulsado.