El pasado domingo Madrid acogía la final de la Copa Libertadores. Tras los execrables incidentes de Argentina, todos los focos del mundo estaban en la capital de España. ¿Estaríamos a la altura? ¿La seguridad se garantizaría? ¿Podía la Policía Nacional y Municipal, en tan corto espacio de tiempo, evitar cualquier altercado?

Pues sí, sí y sí. La Policía Nacional demostró, una vez más, que es la mejor del mundo. Así es. No sabemos lo que tenemos. Tantos años en los que la Policía ha sufrido la barbarie terrorista (nadie se acordaba de cuando morían agentes a diario a manos de ETA) han servido para tener un equipo de profesionales impresionante y que vela por nuestra seguridad.

Y lamentablemente se ven menospreciados por los distintos Gobiernos, que siguen sin equiparar sueldos. A pesar de todo ello, y el domingo fue una buena prueba, Madrid y España han sido la envidia del mundo gracias, una vez más, a su Policía.