En el año 1817, el compositor Franz Schubert pasaba un periodo tormentoso de su existencia, preso de la sífilis y terriblemente débil. Cuentan las crónicas que negaba el amor y la amistad, algo que dejó para la posteridad en ‘La muerte y la doncella’, el cuarteto para cuerda, n.º 14 en re menor que llega ahora al Francisco Rabal de Pinto, a través de la danza contemporánea.

Con título homónimo, este viernes 11, a partir de las 20.00 horas, se representa una revisión de esta composición romántica, a través de elementos existenciales entre la vida y la muerte.

Asun Noales se plantea el tránsito prematuro de un estado a otro a partir de un cuerpo orgánico donde la vida quebradiza persiste en sus latidos, apenas un respiro, un tenue hálito de caricia. Arde, como nube imprevista, como ráfaga apremiante de naufragio y ceniza.

En esta obra hablamos del tiempo y de cómo lo percibimos. ¿Cuánto tiempo nos queda? Pues el suficiente para disfrutar de la danza en Pinto.