obras kelvinator

Las obras en un barrio siempre generan controversia. Cierto es que una ciudad como Getafe no puede parar su actividad económica y tiene que abrirse al progreso en la remodelación de aceras o la construcción de viviendas que aumente la población y en consecuencia los servicios dotacionales de ese área.

Ahora bien, en ningún caso esas obras pueden abusar de la movilidad de los vecinos ya residentes en ese barrio. Y eso es lo que a día de hoy sucede con los sufridos ciudadanos de Kelvinator, cuyo barrio se encuentra literalmente levantado por distintos trabajos de construcción. Hasta cuatro obras al unísono han empezado en la zona de la calle Ramón Rubial. Pero especialmente preocupante es el trayecto de la calle Terradas paralela a la calle Torroja y perpendicular a los números 13 y 15 de la avenida del Ferrocarril.

Y es que aquí se están acometiendo la construcción de 215 viviendas que tienen tomada prácticamente toda la manzana. No se puede transitar por la acera, el tráfico se ve interrumpido constantemente por el paso de camiones y los aparcamientos, en una zona tan necesitada de ellos, han sido suprimidos por escombros, materiales de obra, palés y todo tipo de maquinaria.

Desde Urbanismo dicen que las obras cuentan con todas las licencias y pagos en regla

Los vecinos no aguantan más y ya han protestado por esta situación. Quejas que han llegado incluso al Ayuntamiento de Getafe, como reconocía a este periódico una técnico municipal que atendió a Al Cabo de la Calle cuando fue interpelada por esta situación.

En este sentido, la técnico apuntó que las obras cuentan con todos los permisos en regla. Tiene contratada la licencia y vallado hacia dentro de los trabajos y también una reserva temporal de espacio público debido a la envergadura de la obra. Reserva que, por otro lado, se ha pedido que se prorrogue nuevamente dentro del plazo establecido, estando al corriente del pago que establece la ordenanza 4.2 reguladora de las tasas por utilización privativa o aprovechamiento especial de la vía pública, aunque no se ha facilitado información sobre este asunto siendo requerida por los cauces legales.

A pesar de ello, los vecinos denuncian que la señalización de los trabajos es pésima. Así, las vallas de protección no cumplirían la Orden VIV/561/2010 sobre las condiciones básicas de accesibilidad y utilización de espacios públicos, que determina en su artículo 30 que las vallas deben tener un color que facilite su identificación, señalizar el itinerario a seguir por los peatones que en algunas vallas no aparece y contar con balizamiento que en estas obras no hay. Y para más inri, en la calle Terradas, el Ayuntamiento está realizando obras en la acera que colinda con la John Deere, supuestamente para mejorar la accesibilidad al barrio pero cuya coincidencia con estos otros trabajos está perjudicando a los vecinos.

En la calle Torroja la situación también se agrava, ya que hay elementos de construcción que no cuentan con ningún vallado y señalización o cordón de protección que puede perjudicar a personas con disfunción visual, fundamentalmente.