La deplorable imagen ofrecida este martes ante el Dijon francés ha colmado la paciencia de los responsables del Montakit Fuenlabrada, que este miércoles se encerraban con la plantilla y lanzaban un ultimátum a los jugadores con vistas al partido de este sábado ante Obradoiro. O hay reacción o el club adoptará las medidas que sean precisas para que la actitud sea otra. Y serán todo lo drásticas que se estime necesario. Ni siquiera temblará el pulso si hay que prescindir de algún jugador.

La reunión tuvo como escenario el vestuario del Fernando Martín justo antes de que diera comienzo la sesión de entrenamiento y en la misma estuvieron presentes el presidente del club, José Quintana, el director general, José Javier Jiménez, y el director deportivo, Ferrán López. No había ningún integrante del cuerpo técnico. Unicamente los jugadores y los tres representantes de la entidad.

Lo peor de todo no son las seis derrotas consecutivas que encadena el equipo, sino la falta de actitud. Y el club advirtió a los jugadores que no está dispuesto a consentir que vuelva a repetirse una imagen como la ofrecida en los últimos compromisos, pero muy especialmente en el de este martes, donde el estrepitoso tercer cuarto del equipo (3-20) provocó la indignación de una afición poco acostumbrada a semejante exhibición de indolencia por parte de un equipo que a lo largo de su historia ha podido ganar o perder, pero ha hecho de su carácter una seña de identidad.

Quintana, Jiménez y López dejaron bien claro al plantel que o se reacciona este sábado ante el Obradorio o tomarán medidas. Y llegarán hasta donde haga falta sin descartar -así se lo trasladaron- ‘cortar’ a algún que otro jugador.

Por supuesto, huelga decirlo, se quedaron fuera de este ultimátum los tres recién llegados (Akognon, Kemp y Kravtsov), a los que nula responsabilidad cabe atribuir en los males que aquejan al equipo fuenlabreño de un tiempo a esta parte.

Y es que el Montakit Fuenlabrada tenía ante sí una inmejorable oportunidad para disputar la Copa que a punto está de irse por el sumidero. Y no solo eso. El problema a día de hoy es que el equipo ha caído a zona de descenso y la situación se ha tornado angustiosa. Por no hablar del ‘farolillo rojo’ en la Champions después de siete derrotas consecutivas. De ahí que el club haya tomado cartas en el asunto y esté dispuesto a llegar hasta donde haga falta. Tampoco le quedaba otra.