Cultura Commodore fue este martes el espacio elegido para la puesta de largo de Renacen las sombras, la última novela hasta la fecha del venezolano Juan Carlos Chirinos, publicada por La Huerta Grande. Un trabajo cruzado con el resto de su obra hasta ahora.

«Esta novela es en realidad la continuación de Nochebosque (2011), y he seguido muchos de los consejos que da la guionista Madeline DiMaggio en Escribir para televisión, aunque mi inspiración es el poeta caraqueño Eugenio Montejo», señalaba el novelista durante la presentación.

Acompañado por la también escritora Marta Robles y la editora Philippine González-Camino, Chirinos confesaba que se deja llevar en el proceso de escritura y que, como dijo el escritor y político Miguel Otero Silva, también venezolano, el resultado de un éxito lleva aparejado décadas de vida y «todas esas lecturas de tanto tiempo».

A esas inspiraciones se le añade las fuentes provenientes del cómic, como los de Daniel el Travieso o Batman. «El cómic es una de las bellas artes y lo utilizo como una medida de protesta», explicaba el autor.

«EL MAL ES MÁS SABROSO»

Ya sobre la temática abordada en Renacen las sombras, Chirinos reconocía que «el mal es más sabroso y los animales que aparecen en el libro son metáfora del mal porque son los que lo ven», y por eso «los animales son mejores personas que los hombres, salvo en el gorrión, porque uno no puede confiar en un pájaro que brinca», bromeaba.

Por otro lado, también confesaba que «mi anhelo es convertir el lenguaje en una manera de ver el mundo y este objetivo comporta un trabajo de muchos años. El lenguaje es la manera de ver el mundo y me ha dado el oficio; me gusta comunicar, pero no me gusta bastardizar la escritura».

«LA LENGUA ESPAÑOLA SIEMPRE SE SALVA»

En este sentido, Juan Carlos Chirinos hacía un alegato en defensa de la lengua española, nexo de unión de América y Europa. «La lengua española es un ser vivo que siempre se salva, que no hay que defenderlo porque lo hace solo y, además, es muy plástica porque se adapta al lugar y al código», remataba.