A punto de concluir el año 2022 continúa el conflicto laboral en la planta de Schneider en Griñón. La multinacional francesa sigue enrocada en su postura de deslocalizar la fabricación de SM6-24KV, principal producción de la fábrica griñonense. Una medida que significaría el despido de hasta 87 trabajadores de la plantilla.

Eso sí, los representantes de los trabajadores informaron recientemente que la deslocalización se “retrasaba unos meses”, pero como el plan continúa, ellos siguen con la lucha de defender sus puestos, ya que la compañía gala “sigue sin comprometerse con un plan industrial que garantice el empleo en nuestro centro y de los que dependen de nuestra actividad”.

La plantilla ve necesaria su actividad “para el cambio energético que necesita nuestra región”

De hecho, a mediados de noviembre, la plantilla había convocado paros parciales ante la visita de representantes de Schneider. Sin embargo, éstos cancelaron dicha visita, lo que fue considerado por los trabajadores como un triunfo y los ha animado a continuar con las movilizaciones. Sobre todo, cuando tengan intención de acudir representantes de la empresa para abordar cualquier asunto relacionado con la deslocalización.

Sobre movilizaciones, los empleados tienen pensando llevar hasta el Parlamento Europeo, como ya ocurrió en junio de este año, cuando la eurodiputada de IU y vicepresidenta del grupo parlamentario europeo ‘La Izquierda/The Left’, Sira Rego, a petición de IU Madrid, trasladó las demandas del colectivo griñonense al resto de parlamentarios.

PLAN DE INDUSTRIA

Por el momento, donde sí estuvieron recientemente este noviembre fue en la Asamblea de Madrid, donde este asunto se ha tratado en varias ocasiones. De hecho, el consejero de Economía y Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, llegó a pronunciarse tras una interpelación de Más Madrid, explicando que Schneider había comunicado a la Comunidad que no tenía intención de cerrar la fábrica.

Aunque la empresa ha retrasado unos meses llevarse fuera de Griñón la producción de SMS-24 KV, la compañía sigue sin hacer un plan industrial que garantice el futuro de una plantilla que ha retomado las movilizaciones

Esto supondría un duro golpe para el sector industrial madrileño y español, donde Comisiones Obreras alertaba en octubre que se siguen perdiendo puestos de trabajo, urgiendo a poner en marcha un Plan de Industrial en Madrid que aglutine a todos los agentes implicados.

En el caso particular de Schneider Griñón, sea como fuere, los trabajadores continuarán reuniéndose cada 15 días en asamblea y defendiendo que “somos un centro de trabajo competitivo, con unas cuentas saneadas y con una actividad industrial necesaria para el cambio energético que necesita nuestra región”.