El Congreso de los Diputados vivió este martes una jornada esperpéntica o histórica, dependiendo del ojo con el que se mire. Y es que los congresistas pudieron hablar en euskera, catalán y gallego, pese a que no estaba aprobado aún en el Reglamento de la Cámara para la sesión de este mismo martes, por lo que iba contra la norma su utilización. No obstante, se hizo, pues la ley no es igual para todos.

Se trata de una vieja aspiración de los partidos independentistas y secesionistas, además de uno de los compromisos exigidos por ERC y Junts para apoyar la Presidencia de Francina Armengol en la Cámara. Y claro, el PSOE y su socio Sumar, una vez más, han cedido al ‘chantaje’.

No obstante, la jornada transcurrió con polémica, pues los diputados de VOX, tercer partido con mayor representación en el hemiciclo, se marcharon de la sesión, dejando los pinganillos en el escaño vacío de Pedro Sánchez, que se encuentra esta semana en Nueva York, para una cumbre de la ONU.

280.000 euros de gasto

El Congreso de los Diputados ha destinado un máximo de 280.000 euros en total para este fin. El coste de los equipos será de 53.500 euros hasta diciembre de este año, desglosado en 7.600 euros para comprar 450 auriculares y 45.900 para alquilar los dispositivos de recepción. Además, el Congreso de los Diputados ha contratado a 12 traductores, seis de los cuales desempeñaron su trabajo ya este martes. Estas personas facturarán por hora trabajada hasta un máximo de 15.000 euros.

El Partido Popular ya ha dicho que no utilizará este sistema y de hecho Cuca Gamarra pidió a la presidenta que no se hiciera. “No vamos a hacer el canelo”, expresaba el dirigente popular Borja Sémper este lunes, pero el martes se subía a la tribuna del Congreso a hablar en euskera, avalando las tesis de los independentistas y echando por tierra cualquier credibilidad de su compañera de partido y del propio PP.