La derrota de este martes ante el Sevilla (0-3) coloca al CD Leganés un poco más cerca del abismo que conduce a Segunda división. De hecho, solo las matemáticas siguen concediendo opciones de permanencia a un equipo que está ya a nueve puntos de distancia del Celta, que marca la frontera de la salvación en estos momentos, con solo 15 por disputar.

Lo peor de todo es que da la sensación de que el colectivo va perdiendo poco a poco la fe en sus propias posibilidades conforme concatena resultados adversos. Desde que se reanudó la competición el balance de los de Javier Aguirre, que venían de dar la campanada en la última jornada previa al parón imponiéndose a domicilio al Villarreal, es de cuatro derrotas y dos empates. Tan solo 2 puntos sumados sobre 18 posibles. Una losa demasiado pesada como para que no acabe pasando factura.

Se notó ante el Sevilla, ya que fue el partido sin duda menos convincente de los seis mencionados. El rival se mostró muy superior de principio a fin y los blanquiazules flaquearon ostensiblemente en ambas áreas.

Aguirre: «Se agota el tiempo y estamos golpeados anímicamente, pero hay que estirar nuestras opciones hasta el final; no voy a permitir que nadie se relaje y el que lo haga, no jugará»

El propio Aguirre, adalid del optimismo en tiempos de penumbra, admitía a la conclusión del encuentro que “se agota el tiempo y estamos golpeados anímicamente”, si bien a renglón seguido tiraba de manual y advertía que “hay que estirar nuestras opciones hasta el final. No voy a permitir que nadie se relaje y el que lo haga, no jugará”.

El técnico del conjunto pepinero insistía en recalcar que “tengo una fe inquebrantable en este grupo y seguiremos peleando hasta el final porque mientras haya vida, hay esperanza”, subrayaba antes de remarcar respecto a su futuro en el club que “no me desgasto pensando en ello. Mi futuro es el siguiente partido en Cornellá y salir de esta dinámica”.