Hace muchos, muchísimos años, un sereno patrullaba las calles de las ciudades por la noche provisto de su silbato. Entre sus cometidos se encontraba el de iluminar las farolas, abrir los portales de las viviendas cuando alguien no llevaba o no encontraba las llaves, aullar a grito pelado las horas en punto o mantener el orden de y llamar, en su caso, a la Policía cuando sucedía, a su juicio, algún incidente.

El problema, por llamarlo de alguna manera, es que se tomaban demasiado en serio su trabajo y hacían sonar el silbato cada dos por tres y por hechos de escasa relevancia. Por eso la Policía dejó de prestarles atención y su autoridad se fue evaporando. Y de ahí nace la expresión de tomar algo o a alguien “por el pito del sereno”.

Como consta en el Portal de Transparencia, sus señorías cobran mucho y bien como para andar montando circos a golpe de pito en los plenos

Eso es lo que recientemente han hecho en Leganés los concejales de ULEG y Unidas Podemos con sus silbatos, pasar de la autoridad del alcalde, máxima figura de la ciudad, que los llamó al orden por esta actitud impropia de quien debe representar los intereses de Leganés. Obviamente en democracia la protesta es necesaria. Pero un cargo público, pagado por todos los vecinos, tiene que estar a la altura del rango que ostenta. Porque además, como consta en el portal de Transparencia, sus señorías cobran mucho y bien como para andar montando circos a golpe de pito en los plenos municipales.

Y es que nuevamente la última sesión ordinaria tuvo que ser suspendida por el alcalde tras la enésima protesta de los sindicatos. Los representantes de los trabajadores municipales tienen toda la legitimidad del mundo y argumentos de sobra para protestar. De hecho es su principal mecanismo de defensa ya que, desafortunadamente, no pueden hablar en el Pleno. Faltaría más, pues.

Pero igual que pueden quejarse ante los concejales, el alcalde tiene la potestad y la habilitación legal de celebrar los plenos a puerta cerrada, porque la ciudad debe avanzar. Y ahí los ediles de todos los partidos tienen que asistir porque va en su sueldo. Desde luego no se les paga por montar sainetes y sacar silbatos en mitad de una sesión, como hicieron ULEG y Podemos.

Podemos Leganés tiene que estar a la altura de unas siglas que van a gobernar España y no dejarse arrastrar por la eterna oposición de ULEG

De ULEG se puede esperar, no es nuevo, pues llevan casi veinte años instalados en el enfrentamiento, judicializando la vida política de Leganés, poniendo trabas y obstáculos a las gestiones del Ayuntamiento sea cual sea su signo político y así pasa, batacazo electoral y eterna oposición que no aporta nada más que bronca. Pero Podemos, cuyas siglas van a gobernar España, tiene que estar a la altura de una ciudad como Leganés y no dejarse arrastrar por estas actitudes censurables.

Dicho esto, conviene recordar que tomarse por el pito del sereno la autoridad del alcalde tiene efecto boomerang. Es decir, si la política que estos grupos de la oposición van a hacer esta legislatura es la de chiflar a cada paso del Gobierno local, sin proponer medidas que mejoren la vida de los ciudadanos -como hacían los serenos de antaño, haciendo sonar sus silbatos por nimiedades-, los vecinos acabaran tomándoles la matricula y en la próxima cita electoral, como ya hicieron en mayo, el correctivo será aún mayor.