Antes del 1 de febrero. Esa es la estimación que hacen desde el Ayuntamiento de Arroyomolinos al inicio de las obras que eviten el derrumbe de las viviendas de las calles Álamo y Alameda, por donde discurre el arroyo La Arroyada.

Fuentes municipales consultadas por Al Cabo de la Calle han confirmado que la empresa se encuentra en estos momentos con la dirección de obra, la gestión de los residuos y el plan de seguridad y salud para acometer unos trabajos, que llevan ya acumulados más de un año de retrasos, entre dimes y dirites de las distintas administraciones implicadas (local, regional y nacional).

Fue en noviembre de 2021, durante el Puente de Todos Los Santos, cuando la tragedia se cernió sobre estas casas. Un corrimiento de tierras en el arroyo provocó el desprendimiento de parte de las parcelas. Desde entonces, cada borrasca que atraviesa el municipio es un suplicio para estos vecinos, que asisten atónitos a la lentitud burocrática y, peor aún, el uso partidista de su sufrimiento.

Desde el Ayuntamiento de Arroyomolinos siempre se han quejado de que la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), dependiente del Gobierno de España, solo ha dado autorización parcial a los trabajos, mientras que desde la oposición, fundamentalmente el PSOE, reprochan al Ejecutivo local que cuentan desde hace meses con el permiso para hacer los trabajos de contención.

Recientemente, los socialistas hacían público que a los vecinos se les dijo que el 9 de enero empezarían estas labores, algo que ha sido desmentido por el Ejecutivo de Ana Millán. “Dijimos que empezaban después de las fiestas de Navidad, no dimos fecha exacta”, defendían en declaraciones a este medio. Y así insistían en que “antes del 1 de febrero seguro que están las máquinas”.

El último derrumbe de parte de las parcelas ocurrió el pasado diciembre, lo que fue utilizado por el secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, para atacar al PP de Arroyomolinos y a la presidenta de la Comunidad. La alcaldesa le reprochó el uso de la tragedia, recordando las competencias del Gobierno de España. Y mientras tanto, las viviendas en el limbo, bautizadas de forma sarcástica como las ‘casas colgantes de Arroyomolinos’ de unos vecinos que no están para bromas ni discusiones políticas desde hace más de un año y que esperan con ansia que la administración solucione ya el problema y acometa estas labores.

Veremos si se cumplen los plazos y antes de febrero se evita la catástrofe con estas obras, que podrían llegar fatídicamente tarde, teniendo en cuenta el temporal que se avecina para los próximos días.

ENCUESTA ARROYOMOLINOS – ¿Cree que el Ayuntamiento ha sido eficaz en La Arroyada?