Fuenlabrada nunca ha sido una plaza fácil para el centro-derecha. Desde el advenimiento de la democracia, el PSOE se ha dado un paseo militar en cada cita electoral. Sobre todo, municipal. Y únicamente en 2011, a punto estuvo de claudicar.

En las elecciones autonómicas o nacionales, la cosa suele estar más reñida. Pero la balanza tiende a decantarse por el lado socialista, si bien lo que se vivió ayer lunes en la localidad, tiene visos de cambiar de cara al 4 de mayo.

Y es que tanto PP como VOX celebraron sendos mítines casi de forma simultánea y por las imágenes de ambos actos, cualquiera diría que en Fuenlabrada nunca ha triunfado el socialismo.

Primero fue la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, quien a las 19.00 horas llenó la calle de la Plaza, para defender un «proyecto que trasciende las siglas del PP», basado en que cada uno viva «en paz» y «en libertad».

«Este es el proyecto de todos los ciudadanos que quieren sentir que merece la pena madrugar cada día, de unos buenos servicios públicos, de una buena educación y de una gran integración», remarcó la presidenta y aspirante a revalidar el poder en Madrid.

Ayuso hizo hincapié en que «estos comicios han trascendido a la política nacional», y de ahí que el Gobierno de España «se haya involucrado en esta campaña». Un Ejecutivo al que acusó de crear únicamente «ruina, división y pobreza».

VOX ENSEÑA MÚSCULO

Por su parte, la candidata de VOX, Rocío Monasterio, estuvo acompañada por Santiago Abascal y miles de fuenlabreños que inundaron la plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento. De hecho el acto de VOX, anunciado el pasado viernes, obligó al PP a cambiar la agenda y a adelantar el mitin de Ayuso, lo que hace entrever que el tándem Monasterio-Abascal tiene más fuerza que el que indican las encuestas.

Monasterio encendió al respetable arremetiendo contra esa izquierda «que ha abandonado a los trabajadores» y a los que a su juicio «ha engañado vilmente».

«La España que madruga, que ha cumplido con todo, que ha cotizado, está viendo como los que le hablaban de igualdad y de protección son los que están en el chalet de Galapagar», manifestaba Monasterio en un acto, que dejó la anécdota de Abascal saludando a los vecinos como «fuenlabreños, fuenlabreñas y fuenlabreñes», cerrando así un día festivo para el centro-derecha en feudo socialista.