El pasado mes de mayo, el Ayuntamiento de Griñón ejecutó una inversión de 600.000 euros para cambiar todos los contenedores del municipio. “Pasamos de 800 litros a 2.400, optimizando la recogida de carga trasera a carga lateral”, decía el alcalde, José María Porras, que además anunciaba la llegada del contenedor marrón a la localidad.

Con el paso de los meses, sin embargo, el descontento cunde entre algunos griñonenses, que ven como estos nuevos recipientes son menos efectivos que los que había anteriormente, dando como resultado la acumulación de residuos y otras basuras en sus calles, con el consiguiente mal olor y presencia de animales indeseables.

Vecinos de la localidad se han puesto en contacto con este periódico, para denunciar esta situación a través de diversas fotografías. Instantáneas tomados a lo largo de la semana y donde se vez que los contenedores no dan más de sí y en sus bases se agolpan los desperdicios.

La queja de estos vecinos ya no es solo con el lamentable estado que presentan algunos de estos contenedores a la par que sus calles, sino también con que el Gobierno de Porras haya invertido la nada desdeñable cifra de 600.000 euros para este fin, con un resultado muy preocupante por el momento.