El perdón en política se salda con la dimisión. Así debería ser en una sociedad medianamente decente. Va en el cargo y en el suculento jornal de nuestros representantes públicos asumir responsabilidades cuando se comete un error flagrante, como el sucedido este fin de semana en Madrid.

Y es que la delegada de Pedro Sánchez en la región, Mercedes González, ha pedido disculpas por la marcha homófoba aludiendo que fue “engañada” por los infectos promotores de la misma. Y no cuela, no.

O es muy torpe o se ‘dejó engañar’ porque a su jefe, Sánchez, le beneficia dar esa falaz imagen de un Madrid ‘odiador’

Quien se las vea con la Delegación, sabe que debe comunicar con diez días como mínimo y treinta como máximo la manifestación por la vía pública. 24 horas si es de urgencia. Y la Policía, en estas cosas, sabe ‘latín’, así que viendo los antecedentes de esta delegada, o es muy torpe o se ‘dejó engañar’ porque a su jefe, Sánchez, le beneficia dar esa falaz imagen de un Madrid ‘odiador’. Una mentira burda. Sea por una cosa u otra, Mercedes González háganos un favor y márchese.