Dijo Federico García Lorca: “El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo”.

Para Benito Pérez Galdós: “Subsistirán, pues, las corridas de toros mientras exista en el alma española este anhelo de lo pintoresco, del espectáculo brillante y movido, esta apreciación del color y esta propensión a la alegría… Se puede decir que el día que no haya toros, los españoles tendrán que inventarlos”.

Salvador Dalí reconocía que una corrida de toros podía morir “de susto y de gusto”. Mientras que Ramón Pérez de Ayala tenía claro que “si yo fuese dictador en España, prohibiría las corridas de toros; como no lo soy, no me pierdo ni una”.

Los toros vuelven a Pinto. Éstos ilustres de la historia de España estarían contentos. Y quien a buen seguro también lo estará es el exalcalde y hoy portavoz del PSOE, Diego Ortiz, que gustaba de esta fiesta, hasta que le tocó ‘bailar con la más fea’, como se suele decir.

Aficionado a la tauromaquia, durante su mandato Ortiz no hizo ni una consulta a los vecinos, como prometió. Ironías de la vida, ahora, gracias al PP, podrá disfrutar de lo que privó durante los últimos cuatro años

Fue durante el Gobierno de Ganemos Pinto (después Unidas) cuando desaparecieron los toros del municipio. Una de las más sonadas trastadas del equipo de Rafael Sánchez, ya fuera de la política. Como la de Pintogym y tantas otras. En definitiva, acabó con encierros y corridas, sin consultar, como dijo. Decisión unilateral.

Con Ortiz ya como alcalde, más de lo mismo, con la salvedad de que el socialista también había prometido consultar a los vecinos. Pero necesitaba a los comunistas para gobernar y no tuvo arrojo para plantar cara a sus otrora socios y cumplir con la palabra dada.

Y eso que Ortiz nunca se perdía un encierro de reses en Fuenlabrada, cuando era cargo de confianza en el Ayuntamiento. Incluso en 2018 acudió, junto al PP y el Club Taurino Villa de Pinto, a la manifestación que éstos convocaron por el sectarismo de su antecesor.

Ironías de la vida, ahora el exalcalde podrá disfrutar nuevamente de la tauromaquia, sin necesidad de salir de Pinto, merced a un Gobierno del PP. Su sucesor, Salomón Aguado, confirma que se recuperarán para las fiestas patronales.

Para eso fue el más votado en las pasadas elecciones municipales. Por eso los vecinos de Pinto pidieron cambio, tras ocho años de gobiernos de izquierda, pues si quisieran más de lo mismo, habría confiando en otro alcalde, que terminó siendo una réplica del peor regidor de la historia de Pinto. Ahora Ortiz, como Pérez de Ayala, ya no necesitará prohibir los toros para contentar a sus socios, sino disfrutarlos, gracias al PP.