Leganés tiene un nuevo Gobierno. En minoría, pero Gobierno al fin y al cabo. Tras ocho años en la oposición (el PP) y veinte su socio (ULEG), por fin tienen la oportunidad de poner en marcha todo aquello que afeaban a sus antecesores. Una ocasión pintiparada, que diría aquel.

“Todo comienzo tiene su encanto”, decía Goethe; mientras que para Socrates, “comenzar bien no es poco, pero tampoco es mucho”. Hay un periodo de prueba, merecido, dicho sea de paso. No se puede exigir a quien “acaba de llegar” que ponga en marcha toda la pesada maquinaria de la administración, para poner en práctica lo que en la teoría funciona.

En política son habituales los cien días de cortesía, de gracia, de tregua. Máxime teniendo en cuenta que el ya alcalde, Miguel Ángel Recuenco, ha alertado de que faltan hasta 200 trabajadores municipales en las distintas áreas del Ayuntamiento, por no hablar de ese centenar de policías más que necesita el Cuerpo local. Esto último fue una promesa electoral del propio Recuenco, que tiene ahora el tiempo y las herramientas para cumplirla.

Al déficit de personal en el Ayuntamiento se añade que el Ejecutivo no llega a la mayoría absoluta. Tendrá que negociar, ceder y arreglar algunos desaguisados. Eso necesita tiempo, que en política, son mínimo cien días

A ese déficit de personal que haga mover a la siempre lenta burocracia se suma un Ejecutivo en minoría. Ni uno más uno son siete, ni nueve y tres son mayoría absoluta. El Gobierno de PP y ULEG suman doce concejales. Con VOX serían 14, mayoría absoluta. Una entelequia, por ahora. Pero cosas más peculiares se han visto en Leganés. Y lo que hoy son líneas rojas, mañana se difuminan y aquí paz y después gloria.

De modo que el equipo de Recuenco tiene que buscar apoyos entre el conglomerado plenario y va a ser complicado, pues el socio natural (VOX) está que trina y los anteriores gestores (PSOE) ni siquiera han dado una semana de armisticio.

Este fin de semana, de hecho, utilizaban un foco de suciedad en contenedores de la ciudad para atizar al novel equipo de Gobierno. La zona se limpiaba inmediatamente pero dejaba a las claras, que no será un camino de rosas para Recuenco y sus socios. Tampoco lo esperaban, pero si hasta la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Leganés (PAH), una de las más activas de la región, ha dado tregua al Ejecutivo municipal recién instaurado, el PSOE de Leganés, por decoro aunque fuera, debería hacer lo propio. Cien días al menos.

Recuerden los socialistas como, cuando gobernaban, la oposición se pasaba de frenada en muchas cuestiones. No sean “lo mismo” y, al menos por ahora, mantengan cierto pudor en algunas materias que, hace menos de un mes, dependían de ustedes.

Leganés se merece un respiro. Los vecinos han votado y hecho su trabajo en ese sentido. Tras las bochornosas semanas posteriores a las elecciones, mercadeando pactos, ahora toca un periodo de gracia, en la medida de lo posible. Oposición, sí; crítica, también; pero también respeto a los tiempos y la institución.