Obras en el centro de Pinto.

Las obras de pavimentación de diez calles del casco histórico de Pinto han convertido la zona en un infierno. Pasear por sus calles es un deporte de riesgo. Aparcar es misión imposible, porque han desaparecido más de setenta plazas de aparcamiento y los vecinos no pueden acceder a sus garajes en las calles donde el suelo está levantado. El enfado es generalizado entre vecinos, comerciantes y visitantes a un enclave comercial que es un destino habitual en estas fechas prenavideñas. Vamos, que el centro de Pinto se ha vuelto inaccesible.

La mayoría de los vecinos se pregunta por qué se ponen en marcha estas obras precisamente en Navidad. La respuesta está en la incapacidad para gestionar del Ejecutivo local. Los trabajos, enmarcados en el ‘Plan de Acción Agenda Urbana de Pinto’, reciben financiación de la Unión Europea a través de los fondos ‘Next Generation UE’. Los proyectos acogidos a estos fondos deben estar ejecutándose o haber concluido el 31 de diciembre de 2022. Al Gobierno municipal se le echó el tiempo encima, de modo que para recibir esos fondos han empezado las obras en el peor momento posible, cuando más podían incordiar a vecinos y comerciantes.

Una falta de previsión evidente aunque, a estas alturas de la legislatura, ya no sorprende a nadie en la ciudad. Ni eso, ni la capacidad de incordiar de este equipo de Gobierno que vino a ocuparse de la gente y ni se ha ocupado ni se ha preocupado lo más mínimo.

A las obras de peatonalización del centro de la ciudad se suma una fracasada ‘Operación Asfalto’, donde el Gobierno pinteño ha parecido pensar que puestos a hacerlo mal, hagámoslo mal del todo

Estaban tan concienciados con el cambio climático, que se han olvidado que en esta época del año llueve. Y mucho, además. Es lo que tiene hacer obras públicas al final del otoño, que vienen las lluvias y convierten los charcos en lagunas y lo que parecía un escenario de guerra en un auténtico infierno. Si ustedes echan un ojo a la página 9 que tienen entre sus manos, hay calles que son ríos y por las que es imposible transitar. En cualquier caso, transitar, lo que se dice transitar, es casi imposible en toda la zona.

Algo parecido ha ocurrido con la ‘Operación Asfalto’. Los responsables municipales, cuando estaban en oposición, criticaron con firmeza las obras de asfaltado del Gobierno popular. No les faltaba razón. Pero si aquellas terminaron en octubre, las que ellos han puesto en marcha comenzaron un mes después, noviembre. Y han tenido que paralizarlas a la espera de una meteorología más benigna y al final de la Navidad. Puestos a hacerlo mal, hagámoslo mal del todo.

Estaban tan concienciados con el cambio climático, que se han olvidado que en esta época del año llueve. Y mucho, además. Es lo que tiene hacer obras públicas al final del otoño

Por no hablar de la chapuza de la calle Isabel la Católica, donde hubo que levantar el nuevo asfaltado en algunos tramos dos semanas después de pintarlo. Al final ha sido asfaltada a trozos para desesperación de unos vecinos que tienen que sufrir a diario la incapacidad del equipo de Gobierno de gestionar adecuadamente.

Y ésta ha sido la tónica general de una legislatura que toca a su fin. La lista de cosas mal hechas tiende a infinito y los responsables van a tener muy difícil convencer a los votantes en mayo de que se merecen una nueva oportunidad.