Asfaltando una calle de Vademoro

Las grandes ciudades del Sur de Madrid tienen un problema serio con la movilidad. Con el crecimiento paulatino de la población, los recursos en transportes no han ido a la par, sino que han menguado en muchos casos, siendo insuficientes para el volumen de personas que, cada día, acuden a sus centros de trabajo, estudios o, simplemente, ocio.

En Valdemoro, por ejemplo, hay un problema con la frecuencia de autobuses urbanos e interurbanos. El Cercanías, como en Pinto, la ciudad vecina, es lamentable. Basta coger un tren de la C-3 para perder años de vida y salud, entre largos tiempos de espera en los andenes o vehículos averiados. Lejos de invertir, el Gobierno de España, hoy en manos del PSOE, se dedica a condonar 15.000 millones de euros de deuda de Cataluña, para que Sánchez siga en el poder. O pactar con Sumar, suprimir aquellos vuelos que puedan cubrirse con trayectos en tren. No especifican de qué tren se trata, si del de Extremadura, decimonónico, o del Cercanías de la C-3, averiado. Mientras tanto, ellos (Pedro Sánchez y Yolanda Díaz) en Falcon y pinteños y valdemoreños en trenes averiados.

La alternativa a un transporte público paupérrimo es el vehículo privado. Pero entre la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE), obligatoria a partir de 2024 por orden de Europa, y la falta de aparcamientos en el centro de Valdemoro, los vecinos y comerciantes lo tienen crudo si quieren desplazarse a la ciudad.

Esto sí es competencia del Ayuntamiento de Valdemoro. El 28 de mayo, los valdemoreños votaron cambio, no más de lo mismo. Le corresponde a PP y VOX, efectivamente, cambiar, coger el Ayuntamiento, que está hecho unos zorros, y ponerle a trabajar para solucionar un problema, cada vez, más agudo.

Los aparcamientos en superficie son una solución, igual que los subterráneos. A la larga, estos últimos, resultan más prácticos. Pero para ello hay que actualizar la normativa municipal. Ahí entran los políticos que, por una vez, tienen en su mano y en su voluntad solucionar un problema, en vez de agravarlo.

Este tipo de aparcamientos no solo facilitan los trayectos, sino que son una inversión a presente y futuro para Valdemoro. Permiten borrar de un plumazo el problema de la movilidad en el centro y, a la vez, atraer inversores. Además, facilita la vida a consumidores y comerciantes. Máxime en una época, Navidad, donde unos y otros hacen las principales compras del año.

Es verdad que, por burocracia y plazos administrativos, para este 2024, es difícil, por no decir imposible, acometer un trabajo de esta envergadura. Pero en algún momento hay que comenzar y ya vamos con retraso. Valdemoro votó cambio, no más de lo mismo, y en lo que compete al Ayuntamiento, debe ponerse manos a la obra a todos los niveles, tanto a nivel de personal como normativo. Los valdemoreños votaron un cambio y corresponden a PP y VOX no defraudarles.