Seguro que algún día cansado y aburrido encontrarás a alguien de buen parecer, trabajo de banquero bien retribuido y tu madre con anteojos volverá a tejer. ‘Malos tiempos para la lírica’, cantaban los vigueses Golpes Bajos allá por el año 1983. Parafraseaban el poema del alemán Bertolt Brecht, que acuñaba la frase en un contexto totalmente diferente -afortunadamente- al actual, en el marco del ascenso de los nazis al poder.

Como decimos, afortunadamente, son tiempos pretéritos, vivimos en democracia y no hay amenazas tan brutales a la vista. Parece que hemos aprendido, políticamente hablando. Sin embargo, la creación artística no vive ese remanso de paz. Al menos en Leganés, donde la Cultura que depende del Ayuntamiento brilla por su ausencia y no tiene visos de arreglarse de aquí al final de legislatura. Seguro que algún día encontrará alguien de buen parecer que le dé una oportunidad de desarrollarse en los teatros de la ciudad.

Éstos llevan más de medio año cerrados. Entrar de un tiempo a esta parte en ‘La calle de la Cultura’ da entre tristeza e impotencia, pues da igual cualquier día de la semana, que lo único que se lee es que ‘no hay eventos’.

“Sólo el hombre culto es libre”, decía el filosofo griego Epicteto de Frigia. Para eso necesita desarrollar su esencia, su inspiración. ¿Qué es un teatro si no cobran vida sus tablas, si sus butacas no irrumpen en aplausos, no se llenan de emociones? Es un mamotreto sin alma, esa cuya medicina está en la Cultura, en las Artes.

Alguien en el Ayuntamiento de Leganés debería asumir la responsabilidad de haber dejado a la ciudad más de medio año sin esa programación, otrora envidia del Sur de Madrid, con emblemas como ‘Las Lunas del Egaleo’ o ‘La Silla de Oro’, hoy en el cajón del olvido esperando a ser rescatados. Ya hemos consumido un mes y una semana de este 2023 y así seguimos. Es intolerable.

Por fortuna, la llama de la Cultura sigue encendida, con un halo de luz, merced al trabajo de iniciativas privadas como el Teatro Rey de Pikas o la Asociación Fotográfica Camera Obscura, cuyas exposiciones han llegado ahora a Alcorcón. Capítulo aparte para la Escuela Conservatorio de Música Manuel Rodríguez Sales de Leganés, que ahí sigue pese a los palos en las ruedas y la falta de medios, mientras una y otra administración se lanzan los trastos a la cabeza y siguen sin encontrar la tecla que dé solución a sus legítimas demandas.

Sin embargo, siendo encomiable este esfuerzo, Leganés merece más programación cultural o, como mínimo, similar a la de Getafe, Fuenlabrada y Alcorcón, que ya la tienen prevista hasta mediados de este año. Es tarea de todos encontrar una solución pero, fundamentalmente, del actual Gobierno muncipal. No olviden que en tres meses se examinan.