Ganemos Pinto

La traición ha sido un elemento muy utilizado en política desde que el hombre se dio cuenta de su conciencia como animal político. En la historia hay casos flagrantes de incentivar la traición entre las filas del enemigo para acabar con él y garantizar el éxito. Recordemos sino a Roma y los asesinos de Viriato. Pero Roma, finalmente, no pagaba a traidores. O el propio Julio César, que vivió en sus carnes el precio de la traición de su hijo y seguidores.

Desde que llegó al poder en 2015, el partido de Rafael Sánchez, Ganemos Pinto, ha vivido muy ligado a la traición. Suena duro, pero es una sensación que corre incluso dentro de aquellos que depositaron su voto de confianza en Ganemos. Basta recordar que el partido, conglomerado del MIA -cada vez más fuerte dentro de Ganemos- Podemos y otras fuerzas de izquierdas, traicionó su primer punto al aceptar formar Gobierno aun cuando no fue la fuerza más votada. La primera en la frente. A esto se suma, más recientemente, las más de 3.000 firmas contra el cambio de gestión de Pintogym. Una iniciativa cuyos precursores han manifestado en constantes ocasiones que surge al sentirse traicionados por Ganemos Pinto.

Ganemos pone en práctica la estrategia divide y vencerás pero de la forma más vil posible. Stalinismo a la pinteña fomentando las purgas en la UTE

Y ahora llega el acuerdo anunciado por la concejala de Hacienda y número dos de Rafael Sánchez, Consolación Astasio, de premiar con un puesto de trabajo en Aserpinto a los trabajadores de la UTE Valoriza-Gestyona que denuncien posibles irregularidades en el servicio de la empresa privada encargada de la limpieza en el municipio. De traca el asunto.

Hay que recordar que Astasio, como el propio alcalde y el concejal Raúl Sánchez, deben velar porque se cumpla el contrato de servicio con la UTE. Es su competencia. Su obligación y para eso se les paga un buen salario al año. Pero basta dar una vuelta por las calles para ver la suciedad y falta de limpieza que reina en Pinto. Motivo más que suficiente para sancionar a la UTE, aunque ya han pasado ocho meses desde la última multa.

¿Y qué se les ha ocurrido a sus señorías de Ganemos Pinto para tapar su incompetencia manifiesta en esta materia? Pues fomentar el chivatazo entre los trabajadores de la UTE. Además con luz y taquígrafos. Nombre y apellidos. Poniendo en riesgo su seguridad laboral y personal. El premio de esta traición: un puesto en Aserpinto. Divide y vencerás, pero de la forma más vil posible. Stalinismo a la pinteña, fomentando las purgas en la UTE.

La oposición en bloque ha saltado como un resorte ante este ataque a los derechos de los trabajadores. Y los más contundentes, una vez más, los socialistas de Pinto junto al PP, a rebufo, que han puesto el punto sobre la i en este caso de espionaje chusquero que intentan Rafael Sánchez y los suyos. Después el alcalde y sus perros de presa en redes sociales, como acostumbran a hacer, lanzarán espumarajos e intentarán silenciar a aquellos que no comulgan con sus ideales, pero esto de poner a trabajadores contra otros para tapar la incapacidad de gestión no es propio de un Gobierno al que se le presupone civilizado, a pesar de mostrar signos en contrario.

Recuerde alcalde que Roma no pagaba a traidores. Pinto, tampoco.