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Tras las quejas de una parte de los vecinos por la “paralización” de varios expedientes administrativos y la concesión de licencia de obras que recogimos en el último número, el Ayuntamiento de Griñón ha incorporado en esta semana, después de la pertinente oposición, a un arquitecto e ingeniero industrial que pasan a formar parte del personal interino. Además, en los próximos días se incorporará otra arquitecta funcionaria interina y un aparejador de apoyo, tal y como avanzó el propio alcalde, José María Porras.

A pesar del anuncio, algunos vecinos continuaron mostrando su malestar por la burocracia griñonense. El regidor reconoció parte de esos problemas, sobre todo en la concesión de licencias de obra, que achacó a que “anteriormente teníamos arquitectos externos que informaban de actuaciones, pero a día de hoy no permiten que estos profesionales informen licencias. Sólo es posible a través de personal funcionario”.

De ahí que, como alternativa necesaria, el primer edil de Griñón haya anunciado la incorporación de este personal con el que se espera agilizar la tramitación administrativa.

Además, Porras ha querido zanjar la polémica sobre esta supuesta parálisis administrativa señalando, principalmente, que tras la baja de la tesorera ya hay nombrado un suplente que realiza de forma provisional este cometido.

Y en cuanto al periodo medio de pago a proveedores, pese a que algunos vecinos alertaban de que llevaban casi tres años sin cobrar algunas facturas del Consistorio, el regidor ha defendido la gestión de su equipo diciendo que, según datos del Ministerio de Hacienda, “el periodo de pago del último trimestre es de 21,33 días, no llegando a los 30 que marca la ley. Siendo nuevamente uno de los municipios con mejor ratio de la Comunidad”.

Finalmente Porras ha insistido en que “cualquier pago, una vez introducida la factura, se produce en el tiempo establecido”. Un proceso que “fiscaliza directamente el propio Ministerio de Hacienda”.