Que el bádminton está de moda en nuestro país desde que Carolina Marín se coló entre la elite mundial es un hecho irrebatible. Tan cierto como que muchos clubes de nuestra geografía han surgido y crecido al amparo de sus éxitos. Ése no es el caso, curiosamente, de otros como el Bádminton Fuenlabrada, cuya progresión poco ha tenido que ver con los logros de la laureada deportista onubense.

Para empezar, sus orígenes datan de hace nada menos que 26 años (1993), cuando un grupo de personas afincadas en Fuenlabrada y vinculadas al bádminton en clubes de otros municipios deciden crear uno en su ciudad. Y por otro lado, su etapa de mayor apogeo tampoco ha coincidido con la de Carolina. Más bien ha sido un poco al contrario, por llamativo que parezca.

“Carolina ha sido una gran ayuda para que se conozca más este deporte, pero en nuestro caso su tirón lo notamos a la inversa”, señala Dani Sánchez, vicepresidente y ‘alma máter’ del club fuenlabreño junto al presidente, Sergi Pablos, que al igual que Dani también ejerce funciones de entrenador. “En su época de más éxito en el club llegamos a tener incluso una reducción de socios, pero en este último año la situación ha cambiado muchísimo”.

LISTA DE ESPERA

De hecho, el club fuenlabreño cuenta a día de hoy con 33 socios y una nutrida base de 80 niños y niñas que forman parte de sus escuelas, lo que según explica Sánchez “nos ha obligado a poner incluso una lista de espera ya que hemos superado la capacidad de las instalaciones de que disponemos”. Y eso era algo que nunca antes les había ocurrido en más de un cuarto de siglo de existencia

FALTA DE INSTALACIONES

Y ahí radica el principal obstáculo para que el Bádminton Fuenlabrada pueda seguir creciendo, en la falta de instalaciones ya que sólo disponen del polideportivo de La Cueva, un recinto diseñado especialmente para la práctica del bádminton pero que tienen que compartir con la gimnasia rítmica, que además dispone de más horas de uso. “El objetivo es conseguir otra instalación más”, afirma, “aunque de momento es algo que no vemos factible porque no se nos ofrece una solución por más que lo hemos intentado. Al igual que el resto de los clubes de la ciudad”, explica, “también nosotros salimos adelante con la subvención del Ayuntamiento, que es quien pone los límites”

DE 6 A 63 AÑOS

El abanico de edades de sus integrantes oscila entre los 6 años de los más ‘peques’ de las escuelas y los 63 de los más adultos, un abanico tan amplio como el propio nivel de sus integrantes. Durante unos años se mantuvo un proyecto dentro de la Liga Madrileña de bádminton al que tuvieron que renunciar por motivos económicos, pero la aparición de varios patrocinadores hace factible que pueda retomarse el proyecto, si bien el vicepresidente de la entidad recalca que “nuestro objetivo principal es que los socios entrenen en las mejores condiciones posibles y no hipotecaremos el club por estar en la Liga Madrileña si no disponemos de garantías suficientes”.

Por lo que respecta a los beneficios que reporta la práctica del bádminton, Sánchez alude a “diversos estudios en los que se apunta que es uno de los deportes que más beneficios aportan al cuerpo, tanto por la coordinación que se precisa como por la constante movilidad. La principal dificultad al principio es dar al volante, pero una vez que controlas su golpeo con la raqueta se facilita todo y es un deporte que acaba enganchando”, asegura.

CUATRO CAMPEONAS DE MADRID

El apartado más competitivo del Bádminton Fuenlabrada lo integra su grupo de tecnificación, que cuenta con cuatro campeonas de Madrid que aspiran a proclamarse campeonas de España desde categoría sub-15 hasta sub-19. Se trata de Lucía Escribano (sub-15), Nerea García (sub-17), Sara Escribano (sub-19) y Aroa de la Fuente (sub-19).

Las cuatro son firmes promesas de este deporte y el club tiene depositadas muchas esperanzas en su progresión. De hecho, han sido ya convocadas para alguna competición internacional con la selección nacional de su categoría.

Por otro lado, la entidad organiza hasta tres torneos a lo largo de la temporada, en concreto el de final de curso de las escuelas (junio), el de Fiestas (septiembre), y el de Navidad (diciembre). Éste último ha ido creciendo año a año y en la edición del mes pasado contó nada menos que con 84 participantes, de los que unos 50 eran menores de 17 años.