El Canal de Isabel II ha retirado de sus depuradoras 34.000 toneladas de residuos sólidos a lo largo de este año, unos residuos que suponen un sobrecoste para la empresa pública de unos dos millones de euros anuales, ha informado el Gobierno regional.

Se trata de elementos que en ningún caso deberían circular por la red de saneamiento. Además de las conocidas toallitas húmedas, hasta las 157 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) que el Canal opera en la Comunidad de Madrid llegan diariamente productos que se tiran al inodoro, como bastoncillos, artículos de higiene femenina o incluso el propio pelo.

En concreto, hasta septiembre, se han retirado cerca de 22.000 toneladas de detritos de las 157 instalaciones de depuración de la empresa pública, y la previsión es finalizar este año con 29.000 toneladas. Una cifra inferior a la registrada en 2018, cuando se recogieron 34.000 toneladas de estos residuos.

El Canal de Isabel II ha cuantificado en una cifra media anual de dos millones de euros el sobrecoste que suponen estos vertidos a la red de saneamiento. Este importe incluye los costes de retirada de estos residuos, los costes extra de mano de obra para la limpieza de las bombas, la reposición de las que quedan inoperativas y el incremento en la factura energética.