Al final la Champions se le ha escapado de entre los dedos en la última jornada del campeonato, pero el Getafe sale de la competición con la cabeza muy alta y absolutamente nada que reprocharse. Ha dado hasta el último aliento en pos de un sueño descomunal, pero llegó al momento decisivo sin poder depender de sí mismo y el Valencia se llevó el gato al agua al ganar en Valladolid (0-2).

El colectivo azulón ni siquiera sacó adelante su compromiso ante el Villarreal (2-2), pero siempre llevó el mando de las operaciones y mereció con creces sumar los tres puntos. De haber recibido noticias positivas para sus intereses desde Zorrilla, posiblemente no se hubieran escapado dos puntos a ultimísima hora.

Aun a sabiendas de que no dependía de sí mismo para meterse en la Champions, el Getafe salía firmemente decidido a hacer sus deberes por si al Valladolid le daba por echarle un cable en sus aspiraciones. Y no tardaba en poner coto a la meta de Andrés. A punto estaba primero Mata de meter la bota tras un barullo para adelantar a los suyos, pero apenas se habían desgranado diez minutos cuando Portillo, tras una excelente acción de Molina en la línea de fondo, se acomodaba el balón a su pierna izquierda y lo colocaba lejos del alcance del cancerbero visitante.

El asunto amanecía con buena pinta porque en Valladolid se mantenía el empate inicial, resultado que valía para cuadrar las cuentas del Getafe, que además reducía al Villareal a la mínima expresión. Hugo Duro, posiblemente la principal novedad en el once, anotaba el segundo entre el delirio de la grada, pero poco después el VAR invalidaba el tanto por un posible fuera de juego previo. Y a la media era Mata el que fallaba lo infallable en él tras una pifia de la zaga amarilla.

Pero la cosa empezó a torcerse en el tramo final del primer acto. El Valencia se adelantaba primero en Zorrilla y poco después Iborra, a la salida de un córner, establecía el empate en un letal cabezazo a la salida de un corner.

El entreacto sirvió para restañar heridas y coger nuevos bríos porque lo que se ventilaba en los últimos 45 minutos era demasiado como para no dejarse la piel hasta el último aliento. Y de nuevo salía apretando el Getafe, que en apenas un cuarto de hora envió hasta cuatro peligrosos remates sobre la meta de Andrés, dos de ellos de Mata, uno de Damián y otro de Portillo. También probaron suerte más tarde Molina y Ángel, que había entrado de refresco, pero el gol se hacía de rogar.

Llegaría a un cuarto de hora del final, en un espectacular testarazo de Maksimovic al segundo palo que premiaba el tesón de los azulones, inasequibles al desaliento por más que las noticias que llegaban desde Valladolid fuesen nefastas para sus intereses.

Al menos el triunfo parecía encarrilado, pero tampoco eso fue posible, ya que una contra del conjunto amarillo acabó en el tanto del empate definitivo. Soria abortó el primer intento con una soberbia parada, pero no pudo hacer lo mismo con el segundo remate a bocajarro de Gerard Moreno.

El partido se difuminó sin mayores novedades y el Getafe se quedó en puertas de Champions, pero difícilmente se podrá poner algún reparo a la temporada que acaba de firmar el conjunto azulón, rematada con un quinto puesto que supone la mejor clasificación del equipo en toda su historia y el pasaporte para disputar competición europea por tercera vez. Y así lo entendió su gente, que disfrutó por todo lo alto de la gesta conseguida por su equipo.