El Getafe acabó con su racha de empates, hasta cinco consecutivos, y se reencontró con la victoria frente al Cádiz en un duelo poco vistoso, pero en el que el conjunto azulón mostró su capacidad de superación tras la expulsión de Djené y acabó obteniendo recompensa a su tesón con otro tanto de Mayoral que le permite abrir una considerable brecha de ocho puntos con la zona de descenso.
Y eso que la cosa se pudo poner muy fea para los locales al cuarto de hora de partido, cuando Navarro aprovechó una jugada de estrategia a la salida de un córner para enviar un cabezazo al larguero.
El duelo, como se esperaba, era trabado a más no poder y las ocasiones escaseaban, si bien lo poco reseñable en ese apartado antes del descanso corría por cuenta de los gaditanos, como un disparo de Chris Ramos que se topó con la respuesta de Soria.
Y ya en el tramo final de la primera parte llegaba la expulsión de Djené. El togolés, que ya estaba amonestado, dio un leve manotazo a Javi Hernández dentro del área y De Burgos Bengoetxea, a instancias del VAR, le acabó mostrando la segunda amarilla. Lo curioso del caso es que propio colegiado explicó a los dos entrenadores en el descanso que al no estar el balón en juego la acción era susceptible de mostrar tarjeta pero no de señalar penalti.
LECCIÓN DE OFICIO TRAS EL DESCANSO
Lejos de acusar el golpe, el ‘Geta’ volvió a dar una nueva lección de oficio en la segunda mitad y supo leer mejor que su oponente las circunstancias del partido. Y no solo se defendió con orden y concierto de las escasas acometidas de un rival en superioridad numérica, sino que supo rentabilizar una vez más su eficacia a balón parado para decantar el duelo de su lado.
Fue en el minuto 75, cuando Milla botó un córner que prolongó Greenwood al segundo palo y Mayoral cabeceó desde cerca sin que Ledesma pudiera hacer nada para evitar el único gol del encuentro. Sí evitaría, en cambio, el segundo, en un error de la zaga amarilla que aprovechó Maksimovic para fusilar desde cerca encontrándose la manopla salvadora del cancerbero argentino.
El partido se consumía poco a poco y los de Bordalás ya no dejaron resquicio alguno para que el Cádiz se aproximase a Soria, espectador privilegiado del retorno de su equipo a la senda del triunfo en un Coliseum que sigue siendo inexpugnable para sus visitantes.